Llegó el gran momento. El más esperado y deseado en la Turkish Airlines Euroleague. El majestuoso Stark Arena de Belgrado será el escenario de la gran Final Four, el espectacular cierre de la temporada europea.
Y Barça y Real Madrid se verán las caras en una semifinal en la que no faltará tensión, igualdad, nervios y, por encima de todo, mucho corazón. Los de Jasikevicius han sido el mejor equipo de la fase regular, mientras que los de Laso fueron los únicos que vencieron por 3-0 su eliminatoria de Playoffs. ¿Qué deben hacer ambos para intentar ganar la Euroliga?
FC Barcelona: la exigente gestión de la presión del favorito
Con una campaña casi inmaculada, el Barça ha sido el mejor equipo de esta Euroliga. Los de Jasikevicius han gobernado con claridad toda la fase regular y, aunque han podido aparecer algunas dudas de desgaste físico y mental en la dura eliminatoria contra el Bayern, eso no debe quitarles la etiqueta de gran favorito para esta Final Four. El lituano, que en Múnich se mostró muy preocupado por el cansancio del grupo, ha sabido gestionar esta situación y las sensaciones en el Barça son de mayor liberación y frescura mental.
El regreso de una pieza trascendental como Cory Higgins, junto al gran momento de forma del MVP de la temporada, Nikola Mirotic, o un extraordinario Nico Laprovittola son algunos de los factores que ilusionan a sus aficionados con un nuevo título de Euroliga. Sin embargo, hay dos elementos que serán cruciales ya en la semifinal contra el Real Madrid: el acierto desde el triple y el control del ritmo de partido.
Ante el Bayern, el Barça bajó ostensiblemente sus porcentajes desde la larga distancia, incluso en lanzamientos liberados (del 41% de la RS al 33% en Playoffs). Un acierto que debe regresar en Belgrado, ya que, con el más que probable sobremarcaje a piezas clave como Mirotic o Calathes, los de Jasikevicius encontrarán muchos lanzamientos cómodos para las muñecas de Abrines, Kuric, Exum o incluso Sertac Sanli, un elemento disruptivo en la ofensiva y clave en otro duelo ante los gigantes del Real Madrid.
Recuperar la mejor versión de Nick Calathes también será fundamental. Aunque el Barça puede imprimir un ritmo muy alto y físico con Jokubaitis y Exum, la calma y clarividencia del heleno son imprescindibles en la estrategia ofensiva. Calathes da sentido al sistema, interpreta los movimientos sin balón y, por encima de todo, es el maestro del pase final. Los rivales intentarán cortocircuitar esa conexión, pero esta debe ser la Final Four del griego. No habrá éxito ni título sin él.
Real Madrid: historia que hiciste, historia por hacer
Séptima Final Four para la era Laso, que busca su tercer título en la Turkish Airlines Euroleague en una temporada que ni el mejor director de cine hubiera podido firmar. Del inicio casi soñado, discutiéndole al Barça el liderato de la competición, a una caída que parecía ser definitiva… para acabar con una impensable resurrección final.
Y aquí están. En Belgrado. A dos victorias de levantar un título europeo que, para muchos, se convirtió en lo siguiente a una quimera. Sin embargo, el único equipo que ganó de forma perfecta su eliminatoria de Playoffs (3-0 ante Maccabi) sabe que, probablemente, es también al que menos se le espera alzando el título.
Y ese es un factor que será hasta positivo para un Real Madrid que, en una cita así, despierta temores y máximo respeto. Por su historia, por su grupo y por la capacidad potencial que aún tiene un bloque que arrolló sin compasión a los de Tel Aviv. Sin el brillo de otras campañas, el Real Madrid ha sido más pragmático y eficiente en los anteriores precedentes, buscando sensaciones positivas con un ritmo más alto de partido y colapsando la pintura para obligar a sus rivales a encontrar un acierto exterior mucho más complicado.
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Para ello, el trabajo de Poirier, Tavares y Yabusele será el de atacar y desgastar en defensa a sus pares, obligando a hombres como Sanli o Davies, en esta semifinal, a tener que invertir más energía para contener muchas de las situaciones ofensivas de los blancos. Si los de Laso dominan la pintura, podrán dominar también el ritmo de partido y, por lo tanto, gobernarán el partido… lo que más teme Jasikevicius. Y aquí es donde hay que hablar de dos nombres propios: Nigel Williams-Goss y Sergio Llull.
El ying y el yang del Real Madrid. La calma, la prudencia y el esfuerzo incansable contra la algarabía e imprevisibilidad del menorquín. Pero imprescindibles los dos. El estadounidense se reencontró con su mejor estado de forma ante el Maccabi y su concurso dictaminará, sin duda, la posición final de los blancos en esta Final Four.
Una solvencia tan necesaria como la capacidad que tengan los de Laso para improvisar y romper sistemas. Y junto a Llull, puede y debe aparecer otro clásico de grandes citas como Fabien Causeur. Si el Real Madrid encuentra y potencia a sus afilados versos libres, el sueño de levantar la Euroliga puede convertirse en realidad.
¿Qué deben hacer Anadolu Efes y Olympiacos para ganar la Euroliga?
Vigente campeón de la competición, Anadolu Efes aterrizó en Belgrado con una sensación de autoexigencia gigantesca. Ataman ha vuelto a crear un ambiente triunfalista que, quizás, pueda acabar siendo el mayor enemigo de un Efes que no ha ofrecido esta campaña el rendimiento de la anterior. El talento innato de Shane Larkin y Vasilije Micic siguen siendo la principal arma y opción de los turcos que, sin piezas esenciales como Krunoslav Simon, necesitarán encontrar una solvencia y fiabilidad prácticamente desaparecidas durante todo el curso.
Pleiss, Moerman, Singleton o James Anderson, por ejemplo, obligados a multiplicarse para producir mucho más allá del simple esfuerzo y trabajo coral. Sin embargo, ya lo sabéis. Nunca subestiméis el corazón de un campeón.
La situación en Olympiacos, en cambio, es radicalmente distinta. Nadie cree que puedan ganar. O casi nadie, lejos de su propio vestuario. Y así, amigos dazoners, ya han levantado dos títulos. Alejados de los focos, de la atención mediática, de cualquier favoritismo. Trabajo, trabajo y más trabajo… y el baloncesto ya dirá.
Georgios Bartzokas, nombrado entrenador del año en la Euroliga, ha creado un grupo de enorme esfuerzo ofensivo y con más que amenazantes bases de gran experiencia continental. Vezenkov, Sloukas, Walkup, Fall, Dorsey… Sin hacer ruido, pero con enorme ambición. ¿Alguien se atreve a decir que no pueden ser campeones?