El Real Madrid consiguió desquitarse de su eliminación en la Copa del Rey del último año a manos del Alcoyano y, precisamente en El Collao , donde el conjunto entrenado por Zinedine Zidane , perdió su eliminatoria, logró vencer a un Alcoyano que, sin embargo, presentó batalla durante buena parte de los 90 minutos.
El equipo blanco se puso por delante en el marcador en la primera mitad gracias a un soberbio remate de cabeza de Eder Militao, el mismo protagonista que ya marcó para los merengues en enero de 2021. Un centro de Rodrygo desde la banda izquierda conseguía mandarlo a la red, merced a un poderoso testarazo, el central brasileño del Real Madrid.
A pesar de la ventaja del equipo visitante, los de Vicente Parras no se vinieron abajo en ningún momento y, en la segunda parte, acabarían encontrando su premio. Para hacerlo, eso sí, tuvieron que recurrir a un extraordinario gol de un Dani Vega que demostró que no le temblaba el pulso al medirse a varios jugadores campeones de la Champions.
Poco después de que se cumpliera la hora de partido, una dejada de pecho del delantero centro, Morad, que había caído a banda izquierda para retar en el juego aéreo a David Alaba, la recogía Dani Vega. El atacante emeritense se midió a Casemiro y, una vez que se internó en el área y cuando todo hacía indicar que podía buscar un disparo o un centro, recortó con la pierna derecha hacia dentro.
Esa acción dejó fuera de la jugada a Casemiro... y a Militao, que reaccionó igual que su compañero de equipo. En el vértice del área pequeña golpeó, esta vez con la izquierda, para poner el esférico en la escuadra del palo largo de la portería defendida por Lunin. Un gol soberbio que empataba el partido y que hizo estallar a El Collao, que comenzó a soñar con una nueva y heroica remontada de su equipo ante el líder de LaLiga Santander.
Poco duraría la alegría. 10 minutos después, un golpeo de Marco Asensio desde la frontal del área tocaba en Raúl González y se alojaba en el interior de la portería de José Juan, que hizo la estatua y encajó el 1-2 que sería, además, la antesala del definitivo 1-3.
Marcelo centraba el balón buscando la llegada de Isco Alarcón, que apenas acumulaba unos segundos en el terreno de juego, y se encontraba con la complicidad de la defensa. Tras un rebote, la pelota le llegó al malagueño y, cuando se disponía a regatear al meta local, el esférico volvía a rebotar, esta vez en el portero, y se introducía en la portería.
Sería la última acción de peligro de un partido que la afición local culminó con cánticos de 'olé, olé' para su equipo en una de las últimas posesiones de los suyos en el encuentro. Una noche mágica para muchos jugadores del Alcoyano que, a diferencia del año pasado, no pudo con el Real Madrid.