La noche de Copa del Rey en el Martínez Valero se le hizo muy larga a un Real Madrid que acabó tirando, como siempre, de épica y orgullo. Isco y Hazard, dos de los jugadores más criticados de la plantilla blanca, se erigieron héroes de los de Carlo Ancelotti, que consiguieron remontar con uno menos ante un correoso Elche que no tiró la toalla en ningún momento.
No transcurrió demasiado durante el tiempo reglamentario. El conjunto local salió al terreno de juego sin complejo alguno y trató de dominar a un Real Madrid que no se encontró cómodo en ningún momento. A los 10 minutos de partido, Guido Carrillo falló una ocasión cantada tras un gran pase de Josan y dejó helados a los aficionados del Elche.
El propio Carrillo tuvo un par de situaciones de peligro más antes del descanso, pero la falta de acierto y Lunin evitaron que el balón entrara en la portería. El club blanco, por su parte, apenas incomodó a Werner durante el primer periodo. Camavinga fue el más activo de los de Ancelotti, sin embargo, no pudo traspasar el muro ilicitano.
Tras la reanudación, el juego del Madrid seguía sin fluir y a pesar de que parecía que comenzaba a despertar, el Elche de Francisco le tenía la medida cogida. Marcelo, con luces y sombras, disfrutó de una buena ocasión que se marchó desviada por muy poco. Ancelotti decidió dar entrada a Casemiro y Modric por Camavinga y Valverde para tratar de desatascar el encuentro y hacerse con el control del centro del campo.
En el 77', se produjo uno de los momentos más surrealistas de esta edición de la Copa del Rey. Toni Kroos fue amonestado por una falta inexistente sobre Tete Morente. No hubo contacto entre ambos jugadores, pero el árbitro interpretó que la acción debía ser sancionada con amarilla, desatando la ira del alemán, que no daba crédito ante lo ocurrido.
Se acercaba el final del encuentro y la sombra de la prórroga acechaba sobre un Real Madrid que quería evitarlo a toda costa, pero que no conseguía acercarse al área de Werner.
Una prórroga de auténtico infarto en el Martínez Valero: Isco y Hazard, decisivos
La prórroga nos dejó toda la emoción de la que habían carecido los 90 minutos anteriores. El Elche salió a por todas y puso a prueba a Lunin, que se estiró bien ante un gran disparo de Gumbau. Casemiro respondió con un tiro raso dentro del área que se fue cruzado.
El conjunto local siguió apretando fuerte y en el 102' Marcelo se marchó expulsado por derribar a Tete Morente cuando se marchaba en solitario. El brasileño recibió la roja directa y sembraba el pánico en un Madrid al que se le agotaban los minutos.
Fue entonces cuando el Martínez Valero se convirtió en una auténtica olla a presión. Gonzalo Verdú hizo estallar todo por los aires con un gol que llenaba de ilusión los corazones de los aficionados ilicitanos.
El jugador del Elche ejecutó el lanzamiento de falta desde la frontal, el balón dio en la barrera y le volvió a caer al propio Verdú que no dudó en volver a disparar a puerta con la fortuna de que la pelota tocó en Ceballos y desvió la trayectoria lo justo para que Lunin no pudiera hacer nada.
Pero si hay algo que no se puede hacer nunca es dar por muerto al Real Madrid. El conjunto blanco, herido en su orgullo, sacó todo lo que tenía dentro para buscar la remontada. En el 108, apareció un heroico Isco para poner el empate en el marcador. Ceballos disparó desde fuera del área y el 22 se encontró el balón por el camino y sólo tuvo que empujarlo dentro.
Cuando todo indicaba que el encuentro se iba a definir desde el punto de penalti, David Alaba filtró un gran balón para Hazard que dejó atrás a la defensa del Elche y a Werner, que salió sin éxito para tratar de frenar al belga, que no marcaba con la camiseta del Real Madrid desde el 9 de mayo de 2021, contra el Sevilla.
Aún tendría una más el Elche, que vio rozó con los dedos los penaltis. Fidel marcó en el último minuto del encuentro, pero el árbitro decidió anular el gol por falta de Verdú sobre Lucas Vázquez.
El Real Madrid sudó y sufrió lágrimas de sangre, pero se fue del Martínez Valero con premio: los cuartos de final de la Copa del Rey, competición que sueña con levantar después de ocho años de sequía.