Que la Fórmula 1 es espectacular no es ningún secreto. Que Antonio Lobato es una de las voces más autorizadas para hablar de ella, tampoco. La narración del GP de Brasil volvió a estar llena de pasión y emoción gracias al periodista de DAZN, que dio, de nuevo, un espectáculo en la cabina de retransmisión.
Todo ello propiciado, evidentemente, por la magia de la batalla protagonizada por Lewis Hamilton y Max Verstappen. El piloto de Mercedes se vio obligado a remontar durante todo el fin de semana para alcanzar al de Red Bull, que adelantó a Valtteri Bottas en la salida para ponerse en primera posición.
A partir de ese momento, la estrategia de uno y otro se convirtió en una de las claves principales para resolver la situación y llevarse el gato al agua. Sin embargo, ni uno ni otro pudieron despegarse de su rival a pesar de los undercuts intentados.
Por ello fue la pista la que, con los dos pilotos mano a mano, tuvo que dictar sentencia. Tenía más ritmo el británico y lo demostró en dos ocasiones. Mientras tanto, Antonio Lobato se desgañitaba sobre su silla asistiendo perplejo a una lucha titánica entre dos pilotos repletos de talento a los mandos de un monoplaza.
Uno de los momentos cumbre de la carrera llegó poco después del ecuador del Gran Premio. El Mercedes del siete veces campeón del mundo volvía a retar al Red Bull de Max Verstappen.
Lewis Hamilton ganaba la posición y todo hacía indicar que se pondría líder. Sin embargo, el neerlandés se negó y se olvidó de frenar en la entrada de la curva, echando fuera de la pista al británico y yéndose él mismo, también, por fuera.
Aquella acción merecía, según Antonio Lobato, Pedro de la Rosa y Toni Cuquerella, una sanción por parte de la FIA, que inmediatamente notificó que anotaba la maniobra, aunque posteriormente comunicó que no hacía falta investigación, por lo que todo se quedaría sin castigo.
A pesar de ello, y de las dificultades planteadas por el líder del Mundial, Lewis Hamilton adelantó dos vueltas después al neerlandés, y llegó a escaparse para ganar cómodamente el GP de Brasil, poniendo al rojo vivo la lucha por el campeonato a falta de tres carreras para el final de la temporada.