Carlos Sainz se siente mejor que nunca a los mandos de su Ferrari. Lo demostró en Silverstone, donde logró la pole bajo la lluvia y donde consiguió en carrera la primera victoria de su vida en Fórmula 1, y quiere volver a hacerlo en el Gran Premio de Austria.
Y es que si bien en algún momento ha conseguido el español alcanzar el 100% de su rendimiento esperado, cada vez es más frecuente verlo con regularidad batallar con Max Verstappen, el hasta ahora casi indiscutible líder del Mundial de F1, y su compañero Charles Leclerc.
En menos de una décima, en concreto 82 milésimas, estuvo la pelea por la pole en el Red Bull Ring de Spielberg. Las que hubo desde el registro anotado por el neerlandés hasta que el marcó el '55' en la clasificación del viernes, antesala de la carrera al sprint del sábado.
De ahí que Sainz lamentara saber dónde podría haber ido más rápida en una clasificación tan apretada: "Cuando miras atrás, miras esos sitios donde tenías esa décima o esa milésima. Pero ellos también lo saben".
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"Ha estado cerca, sobre todo en Q3, pero cuando estás a menos de una décimas, sabes perfectamente dónde podrías haber un poquito más rápido", confesó un Carlos sabedor de la difícil tarea de completar una buena vuelta en Austria.
"Ha sido una última vuelta de Q3 complicada. Buena, pero complicada porque teníamos todos las ruedas frías después de la bandera roja. Era díficil lo que iban a hacer los neumáticos en la curva 1 y la 3. A ver si a la próxima la conseguimos".
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Confía Carlos Sainz en plantarle cara al otro Ferrari y en frenar a un Max Verstappen que ya en Silverstone vio mermada su renta con los perseguidores en el Mundial: "Está todo en una décima. Todo puede pasar. A ver si podemos ser más rápidos y a partir de ahí, complicarle la vida a Max Verstappen".
Toda vez que ya ha ganado su primera carrera, el español solo quiere más. Y en Austria no iba a ser menos: "Salir tercero es una buena posición para ir a por Max".
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