Monza acogió la decimosexta prueba del Mundial de Fórmula 1. Ferrari buscaba dar un golpe sobre la mesa en una temporada en la que los diferentes fallos a lo largo de las carreras anteriores han costado una buena cantidad de puntos.
A pesar de ello, tanto Charles Leclerc como Carlos Sainz han peleado, en cada fin de semana, con Max Verstappen por las victorias. Monegasco y español han intentado exprimir sus monoplazas al máximo para dar caza a un neerlandés que, en cualquier caso, se ha vuelto a situar como el gran dominador.
En el Gran Premio que se celebra en casa de Ferrari, el piloto madrileño comenzó haciendo frente a una importante sanción por el cambio de motor en su coche y que, a pesar de la buena clasificación del sábado, lo relegaba al fondo de la parrilla.
Además, lo hacía en una carrera en la que adelantar era una tarea complicada y en la que los neumáticos apenas sufrían desgaste, por lo que la estrategia se dejaba casi en un segundo plano para ponerlo todo en manos de los pilotos.
¡La espectacular remontada de Sainz en Monza!
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Y, en ese sentido, Carlos Sainz es uno de los grandes talentos de la Fórmula 1. A altas velocidades, y si depende de los volantes, el español es un rival temible para el resto de la parrilla. Durante el GP de Italia de 2022 volvió a dejarlo claro.
Iniciando la carrera en la decimoctava posición, Carlos Sainz tenía entre ceja y ceja llegar lo más alto posible. En su equipo, públicamente, situaban su techo en la quinta posición. Sin embargo, el piloto fue un paso más allá y mejoró las expectativas.
Después de un inmaculado comienzo, el piloto de Ferrari logró adelantar a coches progresivamente hasta situarse en la zona de puntos, una situación en la que se vio mucho antes de lo previsto y que lo convertían en uno de los candidatos a pelear por el podio.
Las tres primeras posiciones, no obstante, le quedaron algo alejadas. Max Verstappen y Charles Leclerc fueron los reyes de una carrera que tuvo en ellos a los dos primeros clasificados. George Russell se adueñó de la tercera posición.
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En las últimas vueltas de la carrera, el británico de Mercedes sufrió mucho más de lo que parecía en un principio. Sus neumáticos duros estaban completamente destrozados y, a cada giro, el madrileño le recortaba cada vez más tiempo.
Cuando todo hacía indicar que Carlos Sainz se tendría que conformar con la cuarta posición, un Safety Car provocado por el abandono de Daniel Ricciardo a cinco vueltas para el final agruapaba de nuevo a toda la parrilla.
Aquello daba esperanzas para que el madrileño adelantara a su rival, pero la lentitud a la hora de retirar el monoplaza del australiano y de finalizar el coche de seguridad imposibilitó el adelantamiento en la última vuelta de carrera, que coincidió con el final del Safety Car.