Red Bull se hizo con el GP de Mónaco de Fórmula 1 después de la victoria de Checo Pérez sobre Carlos Sainz, que finalizó en segunda posición, y Max Verstappen, su compañero de equipo, que acabó la carrera en tercer lugar. Charles Leclerc, por su parte, fue cuarto.
El piloto monegasco tenía grandes esperanzas depositadas en la carrera del domingo. En la sesión de clasificación del sábado se hizo con el mejor tiempo y firmó la pole position, lo cual agrandaba sus opciones de hacerse con la victoria en el circuito local.
El clima, sin embargo, jugó en su contra. La acuciante lluvia que arreciaba sobre el trazado obligó a retrasar más de una hora la salida, que acabó realizándose en condiciones de lluvia extrema y tras un safety car que se metió en el pit lane después de rodar durante dos vueltas.
En ese momento se relanzó la carrera. El rápido secado de la pista empezó a entrar en juego y los pilotos comenzaron a tomar decisiones para mejorar sus tiempos y tratar de adelantar en un circuito en el que es realmente difícil hacerlo.
La parrilla pasó de neumáticos de lluvia extrema a intermedio y, prácticamente de inmediato, empezaron a verse en la pista los primeros neumáticos de seco. Los pilotos se debatían entre montar los duros o correr con los medios, pero todos ellos tenían que poner neumáticos de asfalto seco.
Una bandera roja provocada por un fuerte accidente de Mick Schumacher volvió a trastocar los planes de todos. En Red Bull pusieron neumáticos duros, mientras que Charles Leclerc y Carlos Sainz pusieron los medios, en una decisión que estuvo a punto de marcar el ganador de la carrera.
Finalmente, el mexicano Checo Pérez se hizo con la victoria para enfado de Charles Leclerc, que estaba convencido de poder ganar y que mostró su cabreo con su equipo a través de la radio en un momento en el que las decisiones para el cambio de neumáticos podía marcar el futuro a corto plazo.
"Box para poner el neumático duro", pidió el piloto. "¡No, quédate fuera, quédate fuera!", le espetaron desde el muro en una decisión que puso de los nervios a Leclerc, que no entendió qué motivación tenían en su equipo para mantenerlo fuera de los boxes.
"¿Pero qué c*** estáis haciendo?", preguntó enfadado el piloto que, en el momento en el que desde el muro le confirmaron que había finalizado la carrera en cuarta posición, volvió a visibilizar un enfado que le acompañó hasta que se bajó del coche.
"Sin palabras, sin palabras... Ay, ay, ay. Esto es largo, pero no podemos hacer esto. No podemos hacer esto".