El Gran Premio de Hungría de Fórmula 1 nos brindó un espectacular e intenso arranque en el que se mezclaron la lluvia, maniobras de todo tipo y adelantamientos en unos primeros kilómetros que fueron frenéticos.
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El baile de neumáticos llamó la atención desde el inicio. Había pilotos con blandos y otros con medios dadas las condiciones meteorológicas. Sólo Kevin Mahnussen fue capaz de cambiar a duros tras las primeras vueltas de la carrera.
En la salida, George Russell supo contenter las embestidas de Carlos Sainz, que buscó ser agresivo y con ello adelantar al piloto de Mercedes, aunque sin suerte. La irrupción de un Virtual Safety Car ayudó al británico, que pudo alargar algo más la vida de las gomas blandas y frenar los ataques de Sainz, que iba con medios.
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Más lío hubo en la parte de atrás. En Alpine, concretamente, tuvieron que contener la respiración al ver la batalla entre Fernando Alonso y Esteban Ocon. El piloto español no pudo adelantar a su compañero, que firmó una defensa casi numantina con la que consiguió mantener la posición.
"Nunca en la vida he visto una defensa como la de Esteban hoy. Nunca", dijo Fernando Alonso por radio. El problema para Alpine es que esa lucha, ese tapón de Esteban Ocon, benefició a Lewis Hamilton, que adelantó a ambos, y a Red Bull, que se acercó lo suficiente como para pasarlos pocas vueltas después.
Así las cosas, y tras un agitado arranque, Esteban Ocon se fue hasta la octava plaza, mientras que Fernando Alonso descendió al noveno puesto, ambos lejos de sus aspiraciones, que eran las de luchar por entrar entre los seis primeros.
La pelea por posición que perjudicó a Alpine
Posteriormente, y tras pasar por boxes para montar neumáticos duros tanto Esteban Ocon como Fernando Alonso, y con el francés en el límite de los puntos, Alpine vivió una nueva pelea por posición que acabó perjudicando a la escudería.
El ovetense tenía su mira en sobrepasar al piloto galo. Justo por detrás, además, aparecía el McLaren de Daniel Ricciardo, cuya intención era pescar en río revuelto y tener la posibilidad de adelantar a dos monoplazas al mismo tiempo.
Fernando Alonso se echó encima de Ocon, que apuró la frenada para evitar que su compañero de equipo le superara. Esto motivo que se abriera más de la cuenta. Ricciardo, consciente de todo ello, se tomó la situación con calma y frenó pronto.
Esta estrategia le dio la opción de obtener el interior. Tanto Esteban Ocon como Alonso estaban por fuera y los dos Alpine le ofrecieron el pasillo al australiano para que, efectivamente, consiguiera situarse por delante y acercarse a su compañero de equipo, Lando Norris.