El GP de Rusia de Fórmula 1 deparó multitud de sorpresas. Desde la composición de la inusual parrilla de salida, que provocó que hubiera varios coches fuera de su posición habitual, al transcurso de la propia carrera, en al que se produjeron adelantamientos poco esperados.
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Uno de esos movimientos de posición lo protagonizó Fernando Alonso. En la vuelta 38, con Max Verstappen en sexta posición durante la remontada del neerlandés en una carrera en la que comenzó en última posición, el piloto asturiano logró hacer algo que parecía imposible.
En la recta principal de Sochi, Alonso llevó a su Alpine al límite y retó al Red Bull del líder del Mundial. Con un pilotaje soberbio, y con una velocidad punta que le permitió retar a Verstappen, el español llegó a la curva con el interior ganado, lo que le permitió afianzar el adelantamiento y situarse en sexta posición.
Una batalla espectacular entre dos grandes pilotos de la parrilla durante una carrera muy particular, con multitud de adelantamientos que en circunstancias normales no se producirían y con una guerra total por conseguir puntos en una de las carreras con un mayor componente de locura de la temporada.
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Fernando Alonso llegó a ponerse tercero
A pocas vueltas para el final comenzó a llover sobre Sochi. El asfalto, que en un principio resistió a las pocas gotas que caían, acabó completamente mojado ante el diluvio que comenzó a arreciar sobre el trazado ruso.
La situación provocó un descontrol total en los pilotos. Los cambios de posición se sucedieron por toda la parrilla y Alonso, que salía en sexta posición, llegó a situarse en tercera plaza debido a las salidas de pista de numerosos pilotos y las paradas en boxes de otros.
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Y es que Fernando Alonso acarició el podio por detrás de Lando Norris y Lewis Hamilton. Sin embargo, el asturiano, que a falta de tres vueltas para el final tenía la tercera plaza en su lugar, se vio obligado también a parar para cambiar los neumáticos, por lo que acabó cediendo la posición para finalizar la carrera en sexta posición.