Ferrari se las prometía felices en el GP de Azerbaiyán de Fórmula 1 después de que Carlos Sainz tuviera, durante varios minutos, la pole en su bolsillo durante la clasificación del sábado y que fuera su compañero, Charles Leclerc, quien se la arrebatara.
La escudería italiana quería competir con el buen momento por el que atraviesa Checo Pérez en Red Bull y, ante la misión de destronar a Max Verstappen en la cima de la clasificación del Mundial de pilotos, la concentración debía ser máxima.
La jornada del domingo no comenzó, sin embargo, como en Ferrari habrían querido. Leclerc fue superado en la salida por el piloto mexicano, que se puso primero después de un inicio formidable en una arrancada que llevó a su Red Bull a adelantar al piloto monegasco.
Carlos Sainz, por su parte, se alejaba cada vez más de la zona de podio y su ritmo no era suficiente para alcanzar a un Max Verstappen que, navegando en la tercera plaza, estaba siendo taponado por Charles Leclerc, que lograba mantener la segunda posición.
Lo peor para el piloto madrileño llegaría en la novena vuelta. En uno de los puntos más críticos del circuito, el de Ferrari se fue largo y tuvo que tomar la escapatoria para evitar las protecciones y no tener un impacto que pusiera en peligro el monoplaza.
Aun así, Sainz se quedó clavado y no pudo retomar la carrera. En Ferrari se echaban las manos a la cabeza y el español no se podía creer que se le volviera a escapar una carrera en la que tenía depositadas muchas esperanzas para hacer un buen papel.
Leclerc, de esta forma, se quedaba sólo ante el peligro de los dos Red Bull, que imprimían un ritmo infernal y que obligaba al monegasco a dar el máximo para tratar de superar tanto al neerlandés como al mexicano y tener la posibilidad de ponerse primero.
Una paupérrima parada en boxes, en cambio, no fue óbice para que el monegasco comenzara a volar sobre Bakú. Leclerc reventaba el crono en cada vuelta y se acercaba, cada vez más, a un Checo Pérez que perdía las gomas y que incluso fue adelantado por Verstappen.
Tras la parada del mexicano, primero, y del vigente campeón del mundo, después, el de Ferrari retomaba la cabeza de la carrera y trataba de escaparse con la esperanza de tener una jornada feliz en un circuito que ha tenido cinco ganadores en las cinco carreras que ha acogido.
Pero entonces llegaría la peor de las noticias para Ferrari. Poco antes de alcanzar el ecuador de la sesión, el monoplaza del monegasco dijo basta y, nuevamente problemas de fiabilidad, motivó su abandono cuando lideraba en el GP de Azerbaiyán.
La noticia sentó como un jarro de agua fría y el gesto era torcido en todos los miembros de la escudería italiana, que había sufrido un doble abandono en un fin de semana clave para retomar las buenas sensaciones y dar un zarpazo al Mundial que, en cambio, se convirtió en todo lo contrario.
Max Verstappen ganó en Bakú y afianzó el liderato con una ventaja de 34 puntos sobre Leclerc, que cae a la tercera posición. Checo Pérez, que finalizó segundo en Azerbaiyán, suma 129 puntos y está a tan sólo 21 de su compañero en Red Bull. Carlos Sainz continúa quinto en la clasificación, pero cada vez se distancia más del podio. El madrileño está por detrás de George Russell, que volvió a sumar muy buenos puntos en Bakú gracias a un gran tercer puesto.