Locura. Es lo que mejor podría definir lo sucedido en el GP de Rusia de Fórmula 1 . Si la clasificación ya estuvo marcada por la presencia de la lluvia, que provocó una inusual parrilla de salida para disputar la carrera en Sochi, la jornada del domingo no le fue a la zaga.
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El hecho de que Max Verstappen partiera desde la última posición ya hacía presagiar que sería una carrera emocionante. La necesidad del neerlandés de remontar para recuperar posiciones y evitar que Lewis Hamilton le recortara puntos en la clasificación ya dejaba entrever que habría luchas poco habituales.
Y es que no sólo el piloto de Red Bull salía en una posición atrasada. Valtteri Bottas, piloto de Mercedes, también estrenaba nuevo motor, lo que provocaba una penalización de posiciones con respecto a la clasificación y que el finlandés saliera desde la 17ª plaza. Charles Leclerc, además, también era penúltimo.
Por delante también habría batallas. Carlos Sainz salía desde la segunda posición y Lando Norris tenía que defender la pole. El madrileño, sin embargo, logró hacerse con la primera plaza en las primeras vueltas de la carrera, pero el de McLaren le devolvió el adelantamiento y se adueñó del liderato durante buena parte de la carrera.
Lewis Hamilton quería un domingo largo. Sabía que tenía tiempo y no tenía necesidad de arriesgar para ponerse primero en el inicio de la carrera. Saliendo desde la cuarta posición, el británico supo jugar sus cartas y acabó venciendo en Sochi.
Y lo hizo gracias, en parte, a la aparición de la lluvia al final de la carrera. Cuando la carrera estaba relativamente asentada, el agua decidió hacer acto de presencia sobre el trazado ruso y poner patas arriba la parrilla. Pilotos cometiendo fallos, otros sufriendo serias dificultades para mantener la trazada, otros parando en boxes para poner intermedios... Cada decisión tenía una consecuencia y no todos podían acertar.
Lo hicieron aquellos que pararon primero. Hamilton, que entró en boxes, llegó a estar a 24 segundos del primero, Lando Norris, a falta de tres vueltas para el final. El de McLaren decidió no entrar en boxes y al piloto de Mercedes le sobró, incluso, una vuelta. Al final se hizo con la victoria en una carrera en la que Max Verstappen, también gracias a la lluvia, remontó en las últimas vueltas para pasar de la séptima posición a la segunda.
Carlos Sainz, que abandonó posiciones de podio a falta de cuatro vueltas para el final para situarse octavo tras parar en boxes, también pudo remontar con neumáticos intermedios y consiguió finalizar en tercera posición. Lo contrario le ocurrió a Fernando Alonso, que se detuvo en el pit lane marchando tercero para cambiar los neumáticos y acabó la carrera en el sexto puesto.
Una locura provocada por la lluvia que imposibilitó hacer cualquier predicción sobre lo que iba a suceder, pero que dejó un final por todo lo alto en el circuito de Sochi.