Después de un GP de Rusia de F1 verdaderamente increíble, analizamos todas las claves de lo acontecido en Sochi: desde la victoria de Lewis Hamilton hasta la increíble remontada de Max Verstappen, pasando por el gran podio de Carlos Sainz y los momentos en los que Fernando Alonso nos hizo soñar.
Hamilton y un centenario de película
Desde que terminó la polémica carrera de Silverstone de esta temporada, los amantes de las estadísticas comenzaron a impacientarse por cuánto tardaría en llegar la victoria número 100 de Lewis Hamilton, una cifra inédita en toda la historia de la Formula 1. El destino ha querido que la carrera que ha convertido al inglés en un ganador centenario sea una de las más emocionantes de esta temporada.
El sábado nos dejó la parrilla patas arriba: pole de Norris, Sainz segundo, Russell tercero, Hamilton cuarto con el ceño fruncido, Verstappen y Leclerc en la última línea por cambiar el motor, en definitiva, muchos pilotos fuera de posición obligados a arriesgar más de la cuenta desde el primer minuto. Todo ello animado antes de empezar con un “obligado” cambio de motor para Bottas. Mercedes le enviaba al final de la parrilla para obstaculizar a Verstappen en su ascenso hacia las primeras posiciones.
Una vez estuvieron los 20 monoplazas colocados en sus marcas, solo quedaba esperar qué pasaría en la primera frenada situada a 900 metros, la más lejana del calendario y un punto habitual de colisiones, pero esta vez no hubo ninguna.
Maravillosa salida de Carlos Sainz, porque aunque Norris y Russell arrancaron mejor por la zona limpia, Lando se trasladó a la derecha justo delante de Carlos para taparle el interio, el madrileño aprovechó el rebufo y se movió al exterior superando a su amigo y convirtiéndose en el líder de la carrera.
Hamilton no pudo lucirse tanto, taponado por Norris tuvo que ceder dos posiciones y durante las primeras vueltas estuvo sexto formando parte del tren de coches que originaba el Williams de Russell. El ‘graining’ no tardó en aparecer en los neumáticos del heptacampeón y de otros pilotos como Norris o Sainz que también empezaron la carrera con el compuesto medio.
Aún así tanto los dos McLaren como Hamilton estiraron más vueltas que los demás estas gomas, liderando Norris la carrera y Ricciardo segundo frenando todo lo posible a Hamilton justo detrás, un estorbo que estaba haciendo daño a Mercedes.
Toto Wolff entró en acción y montó el teatro, hizo salir a los mecánicos fingiendo que se preparaban para un ‘undercut’ de Lewis. En McLaren picaron el anzuelo y metieron a Ricciardo para protegerlo y encima realizando una parada mala que colocó al australiano en tráfico al salir. La jugada no pudo salir mejor para Mercedes.
Tres vueltas después del circo que apartó a Ricciardo de la pelea, entró Hamilton a cambiar de verdad sus neumáticos, le pusieron los duros y Norris respondió en la vuelta siguiente montando también el mismo tipo de goma. Tras las paradas Hamilton estaba 8 segundos por detrás de Norris y con varios pilotos delante como Carlos Sainz y Gasly, no tardó en deshacerse de ellos y coger el martillo para reducir distancia con Norris.
Tanto el Mclaren como el Mercedes volaban, siendo los únicos de la carrera en rodar en el 1:37. No llegamos a ver el cuerpo a cuerpo porque la lluvia llegó antes, a siete vueltas del final.
Una lluvia tímida al principio que hizo dudar a pilotos y estrategas de equipo sobre si entrar o no a poner neumáticos de agua. Los dos primeros sectores estaban mojados y el último seco, condiciones complicadísimas para conducir, en especial para los que llevaban las gomas duras. Norris y Hamilton en plena disputa por la victoria se resistieron a entrar, hasta Norris mandó callar a sus ingenieros, prueba de la concentración que necesitaba para no salirse de la trazada.
Llegó un punto en que la situación era tan insostenible que tanto McLaren como Mercedes ordenaron a ambos entrar. Norris se negó, convencido de que podía continuar primero en esas condiciones, pero Hamilton entró (aunque a regañadientes). El 44 tenía parada gratis y menos opciones de perder al pasar por boxes salvo que parase de llover inmediatamente, cosa que no sucedió, de hecho, cayó un chaparrón impresionante que ahogó definitivamente a Norris y le apartó hasta del podio, terminando séptimo. Seguramente la derrota más amarga del bueno de Lando en su carrera deportiva, una mala decisión (demasiado ambiciosa) en el último momento le arruinó la primera victoria de su vida.
Hamilton terminó ganando su carrera número 100 y Mercedes mantuvo su pleno de victorias en Rusia, una victoria muy complicada pero poco celebrada porque Verstappen quedó segundo y aunque Lewis es ahora el líder, solo 2 puntos le separan de ‘Mad’ Max.
Verstappen, ¿el verdadero triunfador?
En Red Bull tenían muy claro que este era un Gran Premio para penalizar, el circuito de Sochi donde Mercedes ha ganado siempre era el mejor escenario para estrenar el cuarto motor (consecuencia del famoso accidente de Silverstone). Verstappen tenía que salir último y encomendarse a la remontada, ni en sus mejores sueños le habría salido tan bien, su talento y el coche le metieron en los puntos y la lluvia le subió al podio.
Tras una buena salida el primer objetivo era rebasar al obstáculo que le había colocado Mercedes: Bottas. Poco duró el finlandés, siete vueltas exactamente y Verstappen tuvo aire limpio para tirar con sus neumáticos duros y adelantar a todo bicho viviente marcando vueltas rápidas de paso.
Paró en la vuelta 27 a poner medios con la mala fortuna de salir detrás de un atasco formado por Gasly, Sainz y Ricciardo, superarles costó más goma de la deseada y como consecuencia a 10 vueltas del final fue superado por un excepcional Fernando Alonso al que no pudo devolver el adelantamiento y quedó estancado en la séptima posición hasta que la lluvia le vino a ver.
En Red Bull estuvieron acertadísimos y le metieron en el momento justo para cambiar a gomas de mojado y mientras la mayoría se peleaba con el coche para no acabar en los muros, Verstappen los adelantaba a todos en unas últimas vueltas caóticas que terminaron con el neerlandés en el segundo puesto reduciendo el botín de Hamilton a lo mínimo posible. Sigue candente el mundial más igualado de estos años.
Sainz al podio: el quinto del 55
Tras conseguir la segunda plaza el sábado, todos soñamos con una gran carrera de Carlos Sainz, así fue.
Con una salida espectacular aprovechando el rebufo de Norris se puso primero y lideró las vueltas iniciales hasta que apareció el ya clásico problema de Ferrari esta temporada: el desgaste excesivo de los neumáticos delanteros. En la vuelta 8 comenzaron a resentirse los tiempos del madrileño y en la 13 le adelantó Norris con demasiada facilidad, cosa que no gustó nada a Carlos y que ya ha pedido corregir urgentemente a Maranello: tener armas para defender el liderato de una carrera la próxima vez.
Al siguiente giro el Ferrari tuvo que cambiar, solamente 14 vueltas aguantaron los neumáticos medios, además la parada fue mala, se atascó una rueda trasera y Carlos salió detrás del Mercedes de Bottas, un rival que se resistió más de 10 vueltas pero que finalmente cedió.
Superado Bottas el siguiente escollo fue Pierre Gasly, un coche con motor Honda ya no es ninguna broma y en manos del francés el Alpha Tauri fue insuperable hasta que se metió en el pit lane, a partir de ese momento, aire limpio para Carlos y a defender la tercera posición de ‘Checo’ Pérez.
La lluvia apareció y Sainz empezó a perder posiciones, Ferrari reaccionó rápido y bien montándole intermedios, mientras muchos pagaban el precio de arriesgar pilotando con ‘slicks’, Carlos volvía al podio. Ya van cinco en su palmarés, tres esta temporada con Mónaco y Hungría, ocho GP consecutivos puntuando (la mejor racha de la parrilla) y primer piloto Ferrari en la general. ¿Qué más queremos? La victoria.
Y encima Alonso rozó el podio
Sin hacer aparentemente demasiado ruido Fernando Alonso casi volvió a subirse a un podio de Formula 1, pero que este casi no suene a amargura porque el asturiano hizo la mejor carrera de la temporada junto con la de Hungría.
Tras pasar apuros en la salida donde tuvo que salirse para no comerse a George Russell, Alonso demostró un gran ritmo en seco tanto con los neumáticos duros como con los medios, llegando incluso a adelantar a Verstappen después de la primera parada.
Fernando fue de los que más aguantó en pista durante la lluvia porque llevando los medios había menos dificultades a la hora de pilotar el coche, aún así hace falta ese toque mágico del asturiano para adelantar con un Alpine a todo un Red Bull como el de Pérez y ponerse tercero cuando la pista estaba en las condiciones más inciertas de la carrera.
La fortuna quiso que lloviera más y el aguacero final fue lo que apartó a Fernando Alonso del podio, entró a boxes y a asegurar puntos, un sexto puesto, la misma posición en la que empezó. Nos quedamos con las buenísimas sensaciones y el ritmo demostrado en seco con compuestos diferentes, es evidente que en Alpine han trabajado y dado un pasito adelante. Seguiremos soñando.