Nelson Piquet puede presumir de haber ganado tres Mundiales de Fórmula 1, pero, por desgracia, el relato, ese verbo que envuelve todo y fabrica etiquetas que sólo el tiempo es capaz de borrar, decidió infravalorar durante muchos años el paso del brasileño por el deporte de las cuatro ruedas.
En nuestra última entrega de 'Fuera de Pista', ya disponible en DAZN, te invitamos a acompañarnos en un viaje por la trayectoria del piloto nacido en Río de Janeiro.
Piquet era díscolo, diferente. No había reto con el que no pudiera. Desde bien pequeño tuvo claro que lo suyo era el automovilismo. Sin embargo, su padre -ministro en Brasil-, no quería que Piquet se adentrase en ese mundo. La respuesta de Nelson fue cambiar el orden de los apellidos, ya que, en realidad, su nombre completo era Nelson Souto Maior Piquet. De esa manera fue posible abrirse paso y meter la cabeza en el mundo del motor.
SUS PRIMEROS PASOS EN LA FÓRMULA 1
En 1978, tras una corta etapa en la F3 europea, llegó su debut de la Fórmula 1. Recogió el testigo de Emerson Fittipaldi, compatriota y bicampeón.
Nelson Piquet era un piloto prometedor. Agresivo dentro y fuera de la pista, incapaz de competir al 99% teniendo la posibilidad de hacerlo al 200%. Su conducción era atractiva y valiente. En la F1 pronto se dieron cuenta de lo que podía ofrecer.
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En 1980, en Estados Unidos, llegó su primera victoria, pero dos abandonos en las dos últimas carreras del Mundial le dejaron sin título. Pese a ello, Piquet sumó 54 de los 55 puntos de su equipo -Brabham-, lo que supuso una auténtica proeza.
Un año después, en 1981, Nelson Piquet asaltó el trono por primera vez. Un quinto puesto en Las Vegas le valió para coronarse campeón.
En 1981 asaltaría el trono por primera vez. Un quinto puesto en Las Vegas le valió para coronarse campeón.
NUNCA SINTIÓ EL APOYO TOTAL DE BRASIL
Nelson Piquet era visceral y de sangre caliente. Las emociones siempre cabalgaban a flor de piel. Era todo lo contrario a alguien hermético o frío.
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En el GP Alemania de 1982, cuando Eliseo Salazar lo sacó de la pista tras un accidente, Piquet se fue directamente a por él con intención de agredirle. Ahí se pudo ver el mal perder que tenía y lo incapaz que era de controlar sus reacciones.
Quizá esa forma de comportarse le impidió sentir una aceptación unánime de Brasil, que no terminó de acoger a Nelson Piquet como ídolo absoluto, algo que sí hicieron con Ayrton Senna.
Con apenas cinco años en la élite, Nelson Piquet igualó a Emerson Fittipaldi, otro brasileño que contaba con el cariño mayoritario de Brasil.
UNA GUERRA A FINALES DE LOS OCHENTA
En 1986, tras una negociación fallida con McLaren, Piquet firmó por Williams, un fichaje que inició una guerra que traspasaría todos los límites, ya que nunca tuvo una buena relación con Nigel Mansell, su compañero de escudería.
Ambos llevaron la rivalidad a un horizonte otrora desconocido. Piquet reconoce que buscó generar una división dentro del equipo para así fortalecer su figura. "Tuve que crear una división en el equipo para sobrevivir y tratar de ganar el campeonato. Tenía una mentalidad muy dura hacer estas cosas".
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"Trataba de picar a Nigel Mansell en todas partes, pero era demasiado bueno como para pegarme. Yo quería separar las reuniones en salas diferentes. No estoy orgulloso de ello, pero no fue un año fácil, te lo puedo asegurar".
El gran beneficiado de esta especie de guerra civil fue Alain Prost, que se hizo con el Mundial del año 1986.
EL ACCIDENTE QUE LO CAMBIÓ TODO
En el GP de San Marino, en 1987, Piquet sufrió un brutal accidente que le cambió la vida. Tuvo secuelas de por vida, algunas de ellas ocultadas a su propio equipo. Aún así, volvió a ganar un Mundial en su regreso, síntoma de la grandeza que envolvía la figura del piloto brasileño.
En 1991 logró su última victoria. Lo hizo en el GP Canadá. Semanas después dejó la Fórmula 1. Siguió varios años en el mundo del motor, pero alejado de la principal competición automovilística.
En la memoria quedan los enfrentamientos, la rivalidad casi excesiva con algunos de sus contrincantes, pero también 23 victorias, 24 poles y 60 podios que explican la magnitud de un piloto de leyenda.
No te pierdas en nuestro 'Fuera de Pista' el repaso por la carrera de Nelson Piquet