El FC Barcelona tiene un talento con enorme proyección de futuro en las piernas de varios de sus futbolistas, encabezados por un Pedri que ya está totalmente asentado en la élite mundial y sobre el que giran las manijas de la entidad del futuro.
Junto al extraordinario mediocentro canario, el resto de jugadores jóvenes como Ansu Fati, Jules Koundé o Gavi, deben dar un paso adelante y asentarse en un equipo que debe recuperar el brillo perdido después de un año en el que la sequía de títulos provocó una seria crisis en el club.
La prolongada lesión del atacante, la buscada regularidad del central y la experiencia del joven centrocampista son tres causas que el FC Barcelona debe solucionar en los próximos meses para continuar con un crecimiento que le lleve a pelear por los máximos títulos en los que compita.
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Gavi, jugador sevillano de tan sólo 18 años y que ya ha jugado más de medio centenar de encuentros con el primer equipo del FC Barcelona y más de una docena de envites con la selección española absoluta, se hizo con el Trofeo Kopa a mejor jugador del mundo menor de 21 años.
Se trata de un galardón de un elevado prestigio, no sólo por lo que significa en sí mismo, sino porque el jugador culé fue capaz de imponerse a talentos como Jude Bellingham, Nuno Mendes, Jamal Musiala o Eduardo Camavinga.
Además, cabe reseñar que el Premio Kopa es otorgado por los jugadores que, a lo largo de los años, han ganado en alguna ocasión el Balón de Oro, por lo que se trata de un prestigio entregado, directamente, por las principales figuras del fútbol mundial.
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Gavi, que recibió el trofeo de manos de Ronaldo Nazario y de Pedri, compañero en el FC Barcelona y último ganador del galardón, subió al escenario con la misma entereza que demuestra en el terreno de juego y ofreció un discurso sin fisuras, sin titubeos y con la certeza de que, en los próximos años, continuará acudiendo a la gala para pugnar por el Balón de Oro.
"Es un orgullo para mí recibir este premio. Quiero agradecer a mi familia, que siempre ha estado en los buenos y en los malos momentos. También quiero agradecer al club de mi vida, el FC Barcelona, y a los compañeros de equipo y selección, y a todos los entrenadores que me han dado la oportunidad de debutar y poder jugar. Gracias a eso estoy hoy aquí. Intento dar lo máximo de mí siempre".
Las palabras pronunciadas por el jovencísimo jugador sevillano llegaron a provocar las lágrimas en el presidente del club, Joan Laporta, que observó orgulloso cómo un futbolista formado en la cantera blaugrana llegaba a hacerse con un prestigioso galardón mundial.