El Tottenham se vio obligado a esforzarse al máximo, o al menos mucho más de lo previsto, ante un rival muy inferior en el Tottenham Hotspur Stadium. El equipo de Antonio Conte recibía al modesto Morecambe, recién ascendido a League One (la tercera categoría del fútbol inglés) que, además, fue ganando gran parte del partido tras el tanto de Anthony O'Connor poco después de la media hora de juego.
En ese momento, el encuentro se convirtió en un frontón constante del equipo local, que embotelló a los de Derek Adams en campo propio buscando igualar lo antes posible para tener alguna opción real de poder darle la vuelta al partido y evitar, de esta forma, una prórroga con la que pocas personas en el Tottenham contarían.
Sin embargo, la fortaleza defensiva del rival, que se centró en agruparse atrás para mantener a raya a los spurs con el objetivo de aguantar el resultado y no encajar, motivó que el técnico local acabara moviendo el banquillo para introducir en el juego a dos pesos pesados de la plantilla: Harry Kane y Lucas Moura.
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No tardó demasiado en surtir efecto la aparición de dos de los buques insignias del Tottenham. Cuando llevaba cuatro minutos sobre el terreno de juego, una arrancada del ariete inglés, que se marchó de dos rivales, acabó con un pase fallido que, si bien buscaba a Lucas Moura, acabó encontrando la incorporación, por banda izquierda, de Matt Doherty, que alcanzó el balón antes que su rival y que forzó una falta muy escorada.
Harry Winks colocó el esférico y, entonces, ocurrió. Cuando todo hacía indicar que centraría el balón al área con la pierna derecha, el centrocampista inglés puso la mirada en la portería y devolvió la igualada al marcador con un preciso golpeo que acabó alojándose en la escuadra del palo largo de la portería visitante.
Era el minuto 74 y los spurs tenían tiempo suficiente para evitar el tiempo extra. El nerviosismo comenzó a aparecer en las piernas de los modestos jugadores del Morecambe y la presión de Lucas Moura y Kane hacía temblar las piernas de los rivales.
En esta tesitura, y a falta de cinco minutos para el final, Ryan McLaughlin, central del Morecambe, perdió incomprensiblemente la pelota ante la presencia del veloz futbolista brasileño, que encaró al meta rival, se marchó y puso por delante al Tottenham anotando a puerta vacía.
La sentencia llegaría tan sólo tres minutos después, cuando la presión de Tanganga sobre un defensor cerca de la línea de fondo servía para recuperar el esférico, cedérselo a Lo Celso y que este, a su vez, encontrara a Kane en el interior del área. La estrella del Tottenham se revolvió y sacó un preciso y colocado disparo con la pierna derecha que puso el 3-1 en el marcador y que certificaba que, tanto su presencia como la de Moura, había cambiado el partido por completo.