Luka Modric es una de las grandes leyendas del fútbol actual. El centrocampista del Real Madrid, ganador del Balón de Oro en 2018, se ha ganado un nombre en el Olimpo del deporte gracias a su trabajo y esfuerzo.
Además, es uno de los futbolistas más queridos por la afición debido a su cercanía y personalidad. El croata es uno de esos jugadores que, sin hacer mucho ruido fuera de los terrenos de juego, se han ganado el respeto de todos.
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Después de despuntar en las filas del Dinamo de Zagreb en su país, fichó por el Tottenham, donde se dio a conocer y comenzó a forjar su leyenda. Sus buenas actuaciones en la Premier League llamaron la atención del Real Madrid, club en el que recaló en 2012, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores de su historia.
Desde su llegada al conjunto blanco, Modric ha ganado 21 títulos, entre los que destacan 5 Champions League, que le convierten en uno de los jugadores que más trofeos han ganado con el club.
Además, ha sido galardonado con el premio The Best de la FIFA y el Balón de Oro por su papel no sólo en Madrid, sino también con su selección, con la que llegó a la final del Mundial 2018 y quedó tercero en el Mundial 2022 de Qatar. Es, también, el jugador con más internacionalidades de Croacia y uno de sus máximos goleadores.
Luka Modric y un ritual lleno de significado besando las espinilleras con una foto de su familia como protagonista
Getty Images
Nacido en Zadar, Croacia, cuando todavía era Yugoslavia, a Luka Modric le tocó crecer como refugiado en un ambiente hostil marcado por la Guerra de los Balcanes, algo que le marcó de por vida y que le hicieron valorar aún más las cosas importantes de la vida, como la familia, a quien tiene presente en cada momento de su vida.
El centrocampista del Real Madrid se ha caracterizado siempre por sus grandes valores familiares, algo que demuestra al inicio de todos y cada uno de los partidos que disputa, sea como titular o como suplente.
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Antes de saltar al césped, el futbolista croata besa sus espinilleras, en las que guarda una foto de su familia -su mujer y sus tres hijos- en varias ocasiones, un ritual que, según ha asegurado en varias ocasiones, le da mucha suerte y le ayuda para concentrarse para los encuentros.
"En el calentamiento siempre salto pisando el césped con la bota izquierda primero y antes de salir me quito mi anillo y la cadena. Siempre beso a mis espinilleras donde tengo a mi familia", explica Modric.
No se puede probar si, efectivamente, este ritual le da suerte al croata, lo que sí tenemos claro es que esos valores familiares, unido a su gran talento sobre el césped, le convierten en uno de los futbolistas más especiales de la historia.