El Leeds United consiguió una victoria fundamental en su aventura por la pemanencia en la Premier League en el duelo que medía al equipo de Marcelo Bielsa con el Burnley de Sean Dyche. Era, sin duda, un enfrentamiento dramático por evitar el descenso. Y los whites salieron vencedores.
Con 1-1 en el marcador tras los goles de Harrison, en la primera parte para poner por delante al Leeds, y de Cornet, de falta directa, ya en la segunda parte y que le sirvió al Burnley para empatar, apareció la estrategia planteada por Marcelo Bielsa.
A nadie se le escapa que 'El Loco' es un maniático del fútbol. Piensa en fútbol y actúa en consecuencia. Quizás, fruto de ello, surgió la jugada de pizarra que posibilitó que los whites volvieran a adelantarse a falta de poco más de diez minutos para el final del partido.
Raphinha se disponía a sacar un córner. Cuando todo hacía indicar que el talentoso futbolista del Leeds pondría el balón al área, sacó en corto para Mateusz Klich. El futbolista polaco, a su vez, dejó el balón para la posición de Stuart Dallas.
El defensor local, con la pierna izquierda y desde la frontal del área, culminó la jugada de la mejor manera posible: con un disparo al palo largo y lejos del alcance de Wayne Hennessey, que únicamente pudo hacer la estatua ante el prodigioso golpeo del lateral derecho del Leeds.
Consciente de la importancia de los puntos ante un rival directo, Marcelo Bielsa se abrazó con los suyos y celebró efusivamente el segundo gol de su equipo, algo que se repetiría 15 minutos después cuando, de cabeza, Daniel James hacía el tercer gol de los whites en el tiempo de descuento, sentenciando el partido ante un Burnley que seguirá una semana más en posiciones de descenso, una zona con la que el Leeds tomó ventaja tras su triunfo en Elland Road.