Marcelo Bielsa es uno de esos personajes icónicos que el fútbol necesita para no olvidar los orígenes. El “Loco” trata de alejarse de la vorágine a pesar de estar en una de las ligas más importantes del planeta, defendiendo la tradición y ante la voracidad del fútbol moderno.
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Pero, sin duda, una de las alegrías más grandes que se ha llevado recientemente es la victoria de su país en la Copa América 2021 celebrada en Brasil.
El extécnico de la Albiceleste, que dejó su sello desde 1999 hasta 2004 consiguiendo un oro olímpico en Atenas 2004 y un balance de 56 triunfos, 18 empates y 11 derrotas en los 85 encuentros que dirigió como seleccionador, reconoce que ver a Leo Messi levantar por fin su primer título con la absoluta fue un momento inolvidable.
"Sentí una alegría enorme por todos: por él, que perseveró, luchó, aguantó, espero y triunfó, y eso es un mensaje contracultural. Vivimos en la cultura de lo inmediato y Messi, por no haber ganado, sufrió todo tipo de ataques”, explica Bielsa en una conversación con DAZN .
"Me dio alegría por él, me dio alegría por sus compañeros, que lo homenajearon, me dio alegría por el cuerpo técnico y me dio alegría por el pueblo argentino, que está tan necesitado de poder alegrarse por algo”.
“Me sentí muy orgulloso, me sentí representado, me sentí parte y me alegré, genuinamente”.
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“El público inglés, más que enamorados del juego, están enamorados de la camiseta que aman”
Marcelo Bielsa, además de ser un entrenador especial que persigue un concepto futbolístico basado en la técnica, la proactividad para hacerse con la iniciativa en el juego y asumir un alto nivel de riesgo, también se ha visto acompañado a lo largo de toda su carrera de esa faceta didáctica que le lleva a reflexionar sobre el fútbol no ya como deporte, sino como fenómeno sociológico y cultural.
Ante el inminente arranque de la Premier League, el técnico del Leeds reflexiona sobre ese componente clave dentro del fútbol inglés que representa la afición.
“El público inglés no es el público en general. Fíjese qué fenómeno: más que enamorados del juego, están enamorados de la camiseta que aman”, señala.
“Esa es otra cuestión: ¿cómo vamos a estar contentos de que en Rosario, en mi ciudad, veamos a un chico con la camiseta del Real Madrid o ir a África y ver a un chico con la camiseta del Bayern de Múnich?”
“El amor tiene que ser con lo propio, con lo del lugar, con lo que está al alcance de la mano. Hay 5 ó 10 equipos en el mundo, ¿quién va a prestarle atención a lo propio?”.