Chelsea y Liverpool cerraron el primer domingo de 2022 con fútbol en la Premier League . Stamford Bridge acogía el partidazo de la jornada, que medía a segundo y tercer clasificado con la misión, en ambos conjuntos, de sumar tres unidades más que ayudara a recortar diferencias con el líder absoluto de la competición, el Manchester City de Pep Guardiola .
Pronto se le iba a poner el partido de cara al conjunto de Jürgen Klopp, que se tuvo que perder el partido por coronavirus. Su asistente, Pepijn Lijnders, dirigió el partido desde el banquillo. A los 9 minutos, Chalobah cometió un grosero error en un desafortunado despeje de cabeza del que se aprovechó Sadio Mané para, tras regatear a Edouard Mendy, batir a placer la portería del Chelsea y poner a los reds por delante.
La superioridad de los visitantes se confirmaría cuando, poco antes de que se cumpliera la media hora de juego, Mohamed Salah recogió en el interior del área un certero envío de Trent Alexander-Arnold. El egipcio encaró a Marcos Alonso y, tras una extraordinaria finta, se plantó ante el portero blue, a quien superó con un disparo colocado al palo corto ante el que nada pudo hacer Mendy.
El marcador de Stamford Bridge reflejaba un claro dominio del conjunto de Merseyside, que se había mostrado letal de cara a la meta contraria. Sin embargo, en la Premier League todo puede cambiar en cuestión de minutos, y el equipo de Thomas Tuchel, que dejó a Lukaku fuera de la convocatoria tras sus polémicas declaraciones en las que confesó que estaba a disgusto con el preparador alemán, lo siguió intentando sin venirse abajo en ningún momento.
A los 41 minutos de partido, Marcos Alonso dispuso de una falta escorada a la derecha para poner a prueba al portero del Liverpool, que en esta ocasión era el irlandés Caoimhin Kelleher tras el positivo en coronavirus de Alisson Becker.
El joven guardameta de 23 años despejó, de puños, el violento envío del lateral izquierdo español. El esférico caía en la frontal del área, y ahí lo esperaba Mateo Kovacic. En ese instante, el mundo se detuvo para el croata, que conectó un acrobático disparo antes de que el balón cayera para enviarlo a la escuadra izquierda de la portería del Liverpool. Stamford Bridge enloquecía y el Chelsea se había metido en el partido.
No iba a quedar ahí la intentona blue. En el tiempo de descuento de la primera mitad, y gracias al empuje local, llegaría el empate. Antonio Rüdiger se abalanzó sobre el balón en el centro del campo cuando Salah estaba a punto de controlar para iniciar un contragolpe. El pase del zaguero alemán lo recogió Kanté, que vio el desmarque de Christian Pulisic hacia el interior del área. Tras controlar el balón, se plantó ante Kelleher y batió por alto al portero irlandés del Liverpool. En cuestión de cuatro minutos, los de Tuchel habían igualado un partido que se les había puesto tremendamente complicado.
Espoleados por la afición, que soñaba con una remontada exprés para irse por delante al descanso, los jugadores del Chelsea comenzaron a presionar hasta la extenuación para disfrutar de, al menos, una ocasión más antes de que se acabara la primera mitad. La tuvo Mason Mount, pero su remate de chilena en el interior del área se marchó rozando el poste de la portería del Liverpool.
En la segunda mitad nada cambiaría y tanto blues como reds tuvieron que conformarse con un punto que, sobre todo, beneficia a un Manchester City que se ha distanciado a 10 puntos del segundo clasificado, el Chelsea, y a 11 del tercero, un Liverpool que, en cualquier caso, ha jugado un partido menos que los dos primeros clasificados.