El Arsenal sufrió una severa derrota en el partido que enfrentaba a los gunners con su máximo rival histórico de la Premier League, el Tottenham, en el estadio de los spurs, donde el conjunto de Mikel Arteta cayó por 3-0 en un encuentro marcado por las decisiones arbitrales.
Y es que, a pesar de los intentos del equipo dirigido por el entrenador español para continuar dando pasos en busca de la clasificación a la próxima edición de la Champions Leage, en el duelo crucial ante el Tottenham, el Arsenal salió malparado.
Poco después de que se cumplieran los 20 minuros de partido, un riguroso empujón de Cédric en el interior del área visitante era señalado como penalti por el colegiado del partido, Paul Tierney.
Kane resolvió con frialdad y engañó a Ramsdale, portero, con un remate colocado junto al poste izquierdo, situando el 1-0 en el marcador cuando ni siquiera se había llegado a la media hora de partido.
Sin embargo, lo peor aún estaba por venir. A falta de poco menos de un cuarto de hora para que se llegara al tiempo de descanso, y después de varios intentos de Martinelli de restablecer el empate, un codazo de Holding sobre Heung-min Son era motivo suficiente para que el árbitro le mostrara la segunda amarilla, dejando al Arsenal con un jugador menos, en territorio hostil, con más de una hora de juego por delante y por debajo en el marcador.
En este contexto el Tottenham se creció. Los de Antonio Conte olieron sangre y se afanaron en duplicar su ventaja en el electrónico antes del descanso. Harry Kane, con un certero cabezazo en el minuto 37, lo conseguiría para delirio de los suyos.
Y si es psicológico encajar un gol poco antes del descanso, no lo es menos hacerlo justo después de la vuelta del túnel de vestuarios. Son, cuando tan sólo habían transcurrido dos minutos de la segunda parte, se unía a la fiesta y ponía el 3-0 en el Tottenham Hotspurt Stadium.
Con la goleada en el bolsillo y el público enloquecido, tanto Emerson como Kane tuvieron oportunidades para ahondar aún más en la herida de los de Mikel Arteta, pero la buena actuación de Ramsdale impidió un resultado mayúsculo para los de Conte.
Con la derrota, el Tottenham acecha al Arsenal, situado en cuarta posición pero con tan sólo un punto de ventaja sobre los pupilos de Antonio Conte, que en el próximo envite recibirán al Burnley, mientras que los gunners viajarán a St. James' Park para enfrentarse al Newcastle.
Tras la finalización del partido, y en la entrevista flash realizada para Sky, el técnico español prefirió morderse la lengua a la hora de calificar la labor del colegiado, aunque precisamente eso sirvió para mostrar su enfado con la labor de Tierney en el partido.
"Si digo lo que pienso me suspenden seis meses. Puedo dar mi interpretación, pero no me gusta mentir. No puedo decir lo que pienso, me suspenderán".
Además, envió un mensaje sincero al colegiado del partido con la idea de que le ayudara a entender todo lo que había sucedido en el terreno de juego, donde el Arsenal se quedó con diez jugadores, a los que defendió a capa y espada, en la primera parte.
"Estoy muy orgulloso de mis jugadores. Pido al árbitro que venga y explique sus decisiones. Es su decisión, aquí se destruyó un partido bonito. La decisión está tomada, no puedo cambiarla".
"Ahora nos centramos en el Newcastle. Ese es nuestro enfoque, este partido es historia. Sabemos que se nos fue de las manos y lo aceptamos. Ahora vamos a Newcastle a ser el equipo que se vio desde el principio".
"Perdimos un partido de fútbol en las condiciones que perdimos, es doloroso pero ese dolor no se puede mantener porque tenemos un gran partido el lunes".
"Tenemos dos partidos que jugar, está en nuestras manos y tenemos que hacer nuestro trabajo".