El Liverpool volvió a mostrarse, una semana más, como uno de los conjuntos más dominantes de la Premier League. El equipo de Jurgen Klopp no dejó opción alguna a un Crystal Palace que se fue de Anfield sin puntos en su casillero y con tres goles encajados.
Y es que los reds fueron, de principio a fin, infinitamente superiores a sus rivales. De hecho, a pesar de que la primera parte concluyó con victoria por la mínima para los locales, pudo ser una renta aún mayor si la efectividad hubiera sido el fuerte del Liverpool en la quinta jornada.
Tanto es así, que al finalizar los 90 minutos se contabilizaron un total de 25 remates de los de Klopp, 10 de ellos entre los tres palos. El Crystal Palace, por su parte, sólo remató dos veces sobre la portería de un Alisson que tuvo un partido plácido durante la tarde de Anfield.
En cualquier caso, los aficionados tuvieron que esperar 43 minutos para ver el primer gol del partido. Sadio Mané anotó el primero al aprovechar un rechace en el área pequeña tras un disparo de Mohamed Salah repelido por Vicente Guaita.
Tras el descanso, el propio Salah hizo el segundo a falta de poco más de diez minutos para el final del partido. El atacante egipcio, al igual que ocurrió en la jugada del gol de Mané, volvía a aprovechar un rebote para duplicar la ventaja de los de Klopp, que aún tenían guardada una sorpresa más para su afición.
Naby Keïta, en el minuto 89, firmó una sensacional volea desde la frontal del área, sin dejar caer la pelota, para redondear la goleada y apuntarse a la fiesta red, que ha colocado, momentáneamente, al Liverpool al frente de la clasificación de la Premier League.