Vinicius Junior es uno de los futbolistas más talentosos que posee en LaLiga Santander y, por tanto, es uno de los mejores jugadores del Real Madrid, el vigente campeón de la competición y uno de los clubes más poderosos de todo el panorama mundial.
En este sentido, es evidente que el atacante madridista consigue, a menudo, éxitos en su carrera. Ya sea defendiendo el escudo del Real Madrid o el emblema de la selección brasileña, Vinicius ha mejorado sus registros goleadores tras perfeccionar su definición de cara a portería.
Así, cada vez que el futbolista gonçalense marca con su equipo o con el combinado nacional celebra los goles bailando, con una sonrisa en la cara y festejando, de la manera más sincera, todos los éxitos que atesora en el partido.
¿Por qué Vinicius celebra los goles bailando?
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Esto ha sido motivo de polémica en la trayectoria del todavía joven futbolista del Real Madrid. Vinicius Junior recibió insultos racistas por su manera de celebrar los goles al entender, cierto sector de aficionados, que suponía una celebración.
Las ofensas sufridas por el atacante brasileño provocaron una oleada de reacciones que defendían al propio Vinicius Junior y lo invitaban a bailar. Estos mensajes llegaron desde todas partes del mundo, e incluso el Real Madrid sacó un comunicado oficial, al igual que la selección de Brasil.
Con este caldo de cultivo, el propio jugador lanzó un vídeo en sus redes sociales para explicar sus sentimientos y detallar a qué se debe esta forma de celebrar los goles que consigue en los terrenos de juego de todo el mundo.
La publicación, además, estaba acompañada por un extenso texto adjunto en el que, con más detalle, intentaba ofrecer una explicación y su propio punto de vista sobre el origen de los bailes en los goles que marca con el Real Madrid y con la selección. El mensaje, íntegro, reza como sigue:
"Mientras el color de la piel sea más importante que el brillo de los ojos, habrá guerra". Tengo esa frase tatuada en mi cuerpo. Tengo ese pensamiento permanentemente en mi cabeza. Esa es la actitud y la filosofía que intento poner en práctica en mi vida.
Dicen que la felicidad molesta. La felicidad de un negro brasileño victorioso en Europa molesta muchísimo más.
Pero mis ganas de ganar, mi sonrisa y el brillo de mis ojos son mucho más grandes que eso. No podéis ni imaginarlo. Fui víctima de xenofobia y racismo en una sola declaración. Pero nada de eso empezó ayer.
Hace semanas empezaron a criminalizar mis bailes. Bailes que no son míos. Son de Ronaldinho, Neymar, Paquetá, Griezmann, João Félix, Matheus Cunha... son de artistas de funk y sambistas brasileños, de cantantes de reggaetón y de los negros americanos.
Son danzas para celebrar la diversidad cultural del mundo. Acéptenlo, respétenlo. Yo no voy a parar. Vengo de un país donde la pobreza es muy grande, donde la gente no tiene acceso a la educación y, en muchos casos, ¡ni comida en la mesa!
No suelo venir públicamente a rebatir las críticas. Me atacan y no hablo. Me alaban y tampoco hablo. ¡Yo trabajo! Trabajo mucho, dentro y fuera del campo. He desarrollado una aplicación para ayudar a la educación de los niños en las escuelas públicas sin ayuda financiera de nadie. Estoy haciendo una escuela con mi nombre. Haré mucho más por la educación. Quiero que las próximas generaciones estén preparadas, como yo, para luchar contra los racistas y los xenófobos.
Siempre intento ser un profesional y un ciudadano ejemplar. Pero eso no hace clic, no es tendencia en internet, ni motiva a los cobardes a hablar agresivamente de gente que ni siquiera conocen.
El guion siempre termina con una disculpa y un "me han malinterpretado". Pero lo repito para ti, racista: no dejaré de bailar. Ya sea en el Sambódromo, en el Bernabéu o donde sea.