La Champions League nos ha dejado golazos imposibles en la mayor parte de sus ediciones.
Desde la chilena de Bale en 2018 hasta el gol de Messi en 2009. Pero si hay un gol que está en el imaginario, es el de Zidane.
La volea del jugador francés ante el Bayer Leverkusen quedó grabada en la retina de millones de espectadores, como uno de los tantos más impresionantes de la historia,
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Roberto Carlos y un "pase horrible" que terminó en "uno de los goles más bonitos" de la historia en la final de la Champions League de 2002: "Sólo Zidane podía marcar un gol así"
Real Madrid
15 de mayo de 2002. Hampden Park, Glasgow. Real Madrid y Bayer Leverkusen se ven las caras en la final de la Champions League, uno de los partidos más importantes que puede disputar un futbolista.
Los blancos vienen de levantar dos veces la orejona en los cuatro años anteriores, mientras que los jugadores del club alemán se ven ante la posibilidad de sus vidas. Un equipo con solo una Copa de la UEFA en su palmarés internacional, a 90' de poder tocar la gloria.
El Real Madrid tocó primero, en el minuto 8, gracias a un gol del Raúl González, aunque Lúcio puso la igualada en el minuto 14. Un partido de ida y vuelta, con un Iker Casillas descomunal en su primera gran actuación.
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Los minutos pasaban, el marcador no se movía. Y entonces, ocurrió la magia. Solari filtra un pase a Roberto Carlos, y este manda un centro elevado a la frontal del área. Allí no espera cualquier jugador, está Zidane, que clava su mirada en el esférico, a punto de asestar el golpe más letal. Y el resto, es historia.
“Muchas veces nos reímos cuando hablamos de esta acción", rememora Roberto Carlos a L’Equipe. "Santiago Solari me da un balón horrible, le hago un centro perfecto a Zizou y casi estropea la acción...".
"Sólo él podía marcar un gol así. Para mí es uno de los más bonitos de la historia del fútbol".
Roberto Carlos y su papel de director deportivo en el fichaje de Zinedine Zidane por el Real Madrid: "Le dije que si quería ganar la Champions League, tenía que venir con nosotros"
Juventus
La Champions League que el Real Madrid levantó en 2002 tiene nombre y apellidos: Zinedine Zidane. El francés había llegado esa misma temporada al Santiago Bernabéu con un objetivo claro: levantar la 'Orejona'.
Ya era considerado uno de los mejores jugadores del Mundo y había levantado el Mundial (1998), la Eurocopa (2000) y el Balón de Oro (1998), pero el máximo trofeo continental se le había resistido.
Antes también le había pasado con la Copa de la UEFA, torneo que había disputado con el Girondins de Bourdeaux, pero terminó perdiendo la final en 1996 contra el Bayern de Múnich.
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Aquello fue un tropiezo, y tenía claro que su carrera le iba a deparar algo más grande. Firmó por la Juventus en la 96/97, justo la temporada después de que la Vecchia Signora conquistase la Champions League.
El francés se adaptó a las mil maravillas, y lideró al equipo, junto con Del Piero, a su segunda final del torneo consecutiva, contra el Borussia Dortmund, que terminaron llevándose los alemanes.
No pasa nada. Año nuevo, vida nueva, y otra vez llegaron al partido por el título en la siguiente temporada, la 97/98. Esta vez el rival era el Real Madrid, y de nuevo, golpe de realidad. Los blancos conquistaron su séptimo entorchado tras 32 años de espera, y Zidane se quedó sin premio.
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En ese momento, Roberto Carlos, tal y como recuerda en una entrevista con L'Equipe, intervino en que el Real Madrid se hiciera con el francés: "Sabía que ya había perdido dos finales de Champions con la Juve, así que le dije que si quería ganarla, tenía que venir a jugar con nosotros en el mejor club del mundo".
"Zizou siempre me dio grandes consejos y no dudó en gritarme cuando era necesario", subraya. "Fue genial jugar y compartir vestuario con él. Como ya no es entrenador del Real Madrid viaja mucho por lo que no me invita mucho a restaurantes”.