Que el fútbol es mucho más que once jugadores corriendo detrás de una pelota es algo que cualquier aficionado al deporte rey conoce. Que despierta las pasiones más instintivas en personas de cualquier género, edad y condición, también. Y que uno de los mejores ambientes se vive en la Premier League es, igualmente, algo irrefutable para cualquier seguidor del balompié.
Todo eso se demostró en uno de los últimos del año en la máxima categoría inglesa. El Tottenham recibía al West Ham en los cuartos de final de la Carabao Cup, la Copa de la Liga en Inglaterra.
En primera fila, junto a la zona en la que los jugadores locales calentaban, se encontraba Delilah Thorpe, una pequeña aficionada spur de cuatro años que comenzó a saludar a los jugadores que se preparaban para participar en el partido en el segundo tiempo.
Uno de esos futbolistas era Heung-min Son, una de las grandes estrellas del equipo de Antonio Conte. Thorpe saludaba insistentemente a uno de sus grandes ídolos. En ese momento, la magia se hizo para ella y el atacante surcoreano le devolvió el saludo.
En ese momento, la pequeña se volvió hacia la cámara y, con un gesto repleto de inocencia y felicidad, comenzó a reírse y a dar saltos de alegría por lo que había vivido hacía unos instantes. Además, su equipo ganó el partido y se clasificó para las semifinales de la competición.
Fue, sin duda, un día inolvidable para la pequeña Delilah, que recibió el saludo de su ídolo y la victoria del Tottenham.