La Copa África 2022 está viviendo momentos surrealistas desde su comienzo. El torneo que enfrenta a las mejores selecciones del continente africano, y que se está disputando en Camerún, no está dejando a nadie indiferente y, en su cuarto día de competición, ha regalado uno de los momentos más extraños que se hayan visto en un partido de fútbol.
Los combinados de Túnez y Malí se enfrentaban en la primera jornada del Grupo F. Los tunecinos eran favoritos en un partido en el que, sin embargo, nunca supieron encontrar la fluidez suficiente para desarbolar la defensa visitante.
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De hecho, Ibrahima Koné ponía por delante a Malí a los tres minutos de juego de la segunda parte tras una mano de Ellyes Skhiri, centrocampista del Colonia, en el interior del área. Los malienses se adelantaban en el marcador y los tunecinos empezaban, en ese instante, un acoso y derribo que no tuvo éxito.
Lo más surrealista del partido, sin embargo, llegaría al final. El árbitro del partido, el zambiano Janny Sikazwe, pitaba por error el final del partido antes de que se cumpliera el minuto 86, con las consiguientes protestas de los locales, que iban perdiendo el encuentro.
Tras darse cuenta de su error, el colegiado rectificó y el partido se reanudó para que se disputaran los cinco minutos finales que quedaban por jugar. De hecho, en ese intervalo, El Bilal Toure, ariete del Reims y delantero de Malí, fue expulsado por una dura entrada sobre un rival.
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Para sorpresa de todos, Sikazwe volvería a pitar el final del partido antes de que se cumpliera el minuto 90, sin que se disputara ni el tiempo reglamentario al completo ni el descuento. Esto, evidentemente, enfureció aún más a los tunecinos, que rodearon de inmediato al árbitro para exigirle explicaciones.
Tras unos minutos de mucha tensión sobre el césped, la policía saltó al terreno de juego para escoltar al trencilla hasta los vestuarios mientras los futbolistas malienses celebraban y los tunecinos, estupefactos, permanecían en el campo.
Aun así, parecía que esta vez sí sería la definitiva y el partido, a pesar de concluir antes de los 90 minutos reglamentarios, se daba por finalizado con victoria de Malí. Pero no acabaría ahí la historia.
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Más de media hora después de aquello, empleados de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) informaron a las plantillas de Túnez y Malí que se debía terminar el partido, por lo que tendrían que volver a salir a jugar.
Los aficionados, que ya se estaban marchando, volvieron a poblar las gradas y los malienses se prepararon para saltar de nuevo al terreno de juego. El equipo tunecino, sin embargo, indignado, se negó a terminar de jugar y no salió de su vestuario, por lo que Sikazwe dio por terminado, ahora sí, el choque.