Los tatuajes se han convertido en una característica más de muchas de las estrellas del mundo del fútbol. Leo Messi, Dani Alves o Memphis tienen algunos de los tatuajes más característicos y mediáticos, pero si hay un jugador al que definen los tatuajes ese es, sin duda, Sergio Ramos.
El central español, actual defensa del todopoderoso PSG, tiene más de 35 tatuajes en su cuerpo, que se ha convertido en un álbum de momentos importantes e imborrables de la carrera del futbolista camero. Las Champions ganadas, sus éxitos sobre el verde, el amor por su familia y su fe están representadas, con tinta, sobre la piel del ex capitán del Real Madrid.
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Así, los gemelos del futbolista del PSG recuerdan el Mundial ganado con España en 2010 y la Champions ganada con el Real Madrid en 2013. En la mano, además de la frase 'I love you' y 'Rubia', por Pilar Rubio, tiene lo que pesó, lo que midió y la hora en la que nació Alejandro, su último hijo.
Los otros dos hijos, Sergio y Marco, aparecen en el brazo izquierdo. Máximo Adriano, que nació en plena pandemia mundial de Covid-19, aparece también en su cuerpo, en este caso en su pecho. En el dedo corazón de la mano izquierda, las iniciales de sus hermanos. Y en la muñeca, su nombre en árabe, aunque con motivos maoríes.
En la ingle, por su parte, tiene un tatuaje inspirado en uno de los dibujos del artista británico Bansky. A su lado aparecen el peluche de su hijo Sergio y la frase 'ay piota', la primera palabra de Marco.
Pero no lleva únicamente asuntos o recuerdos personales en su cuerpo. De hecho, tiene un dibujo basado en 'Los elefantes', el cuadro de Salvador Dalí; la frase 'Acuérdate de vivir'; un recuerdo a las víctimas del 11S y otro a las del 11M; un poema que le gustaba a Nelson Mandela; o Michael Jackson, entre otros muchos motivos.
Ramos tiene también, tatuada en su piel, una frase de su padre dedicada con su firma. En la mano, además, luce los dorsales de sus primeros partidos con el Sevilla, el dorsal de su debut con la selección y un 90 por su conocida capacidad por marcar goles al filo del tiempo reglamentario.
Se trata, sin duda, de un museo no sólo futbolístico, sino histórico, convertido en el cuerpo de un jugador que ha sido capaz de ganar todos los títulos que ha disputado y que quiere seguir logrando hazañas y nuevos éxitos con una plantilla de ensueño que se ha conformado en el PSG.