Algunos solo conocen la ciudad de Luton por su aeropuerto, pero eso podría cambiar. El modesto conjunto de los hatters ha logrado la proeza de clasificarse para los playoffs de ascenso desde la Championship a la Premier League.
En el primer tramo de la temporada, los sombrereros ocupaban la novena posición de la tabla después de haber disputado diez partidos. Esas tres victorias y esos cuatro empates hacían que los de Jones pensasen que este iba a ser un curso llevadero y en el que no pasarían muchos apuros.
El caso es que fueron superando etapas y fueron sobreponiéndose a muchas situaciones adversas sin venirse abajo. El portero croata, que estaba siendo clave, se marchó en el mercado invernal.
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Ese pudo ser uno de los detonantes que hizo que se tambalease algo la nave, lo mismo que lo fue el sumar solamente doce puntos entre la jornada once y la veinte. Pese a todas esas complicaciones, el técnico de Kenilworth Road creía en su estilo, en su sistema y en sus futbolistas, en todos y en cada uno de ellos. La polivalencia de estos actores del balompié ha sido increíble.
Entre septiembre y diciembre, Jones afrontó más de diez lesiones distintas. Y entre enero y mayo hubo hasta veinte partes médicos diferentes. Esta es una de las razones por las que Jones ha sido galardonado como el mejor entrenador de esta liga. Ha dirigido a un elenco con poco presupuesto, con muchas lesiones y con muchas montañas que escalar. Es una escuadra que está a dos pasos y medio de la Premier League, y que la última vez que anduvo en la élite aquello se llamaba First Division.
Por lo tanto, el míster ha tenido que reinventarse en todo momento ante el mayor reto de su vida. Pese a que el modelo de juego era el mismo y la estructura también, se ha podido ver a Naismith en dos o tres posiciones y se ha conseguido plasmar la evolución de Onyedinma y el liderazgo de Ruddock.
Y, por supuesto, no hay que pasar por alto que Jones ha utilizado a cuatro cancerberos, que en su zaga de tres miembros hemos conocido a ocho integrantes distintos y que los carriles siempre han sido para Bree y para Bell salvo en contadas ocasiones.
Así que tras las primeras treinta jornadas, Jones tenía a los de Kenilworth Road otra vez en la novena posición, y sabía que empezaba a tener opciones de hacer algo mágico. Porque los de Luton estaban a solo dos puntos de la sexta plaza. Y diez partidos después, en las vísperas de su cuadragésimo duelo, tenían las mismas unidades que el sexto clasificado. El plan había salido a las mil maravillas, porque, por aquel entonces, ellos ya eran los quintos.
El nivel de los soldados de Jones era soberbio en la mayoría de sus compromisos. Una de las herramientas más fiables estaba en la sala de máquinas. Ahí ha habido muchos ideólogos.
Desde el triángulo de los escoceses hasta el tridente que cuenta con más minutos, que es el que forman Ruddock, Campbell y Lansbury. Sin embargo, el mediocampista que más tantos ha aportado es Luke Berry, que ha anotado seis dianas en su quinta campaña con los sombrereros, y lo ha hecho disputando solo trece encuentros porque él ha pasado mucho tiempo en la enfermería.
En la parcela ofensiva hay mucha variedad. Los puntas que más han aparecido en los onces son Adebayo y Cornick. El primero de ellos ha firmado su mejor marca en una misma temporada.
Sus dieciséis goles le han convertido en el máximo artillero de la revelación de la Championship 2021-22. Su influencia en el ataque ha sido óptima: cayendo a los costados, ganando duelos aéreos y creando espacios para los que llegaban desde la segunda línea.
El mejor socio del canterano del Fulham ha sido, es y será Cornick. El típico delantero que no lo es del todo, el que parece un extremo y tiene cosas de mediapunta. Ese que termina interactuando por los tres flancos para generar problemas a sus oponentes y el que ha hecho un sobresaliente curso.
Sin ir más lejos, el último gol de los sombrereros en la fase regular, el que ayudó a certificar una clasificación histórica que ya estaba casi asegurada, fue de Cornick. El meta del Reading dejó el balón en el césped, pero desconocía que detrás de él estaba el siete de los hatters. Ese que estaba en silencio.
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El que estaba preparado para robarle la cartera y para ponerle el sello dorado a esta campaña del Luton Town al borde del final del primer acto. Y también sería injusto no mencionar al eterno Cameron Jerome, que puede ser el héroe enmascarado, o Hylton, que es un ariete único y que tiene el don del oportunismo.
En sus últimos cinco envites del torneo, han ganado tres de ellos, empataron en otro y se vieron sobrepasados por un tornado llamado Fulham que habita en Craven Cottage.
Y es que la proeza reside en la temporada que ha realizado el Luton Town, con un coste de plantilla, según datos de Sky, de un millón y medio de libras y que se ha enfrentado, por poner algunos ejemplos, a los 158 millones del Fulham, los 125 del Bournemouth o los 101 del Sheffield United. Una astronómica diferencia que no se ha visto, ni mucho menos, reflejada ni en el terreno de juego ni en los números.