El Brighton continúa siendo el equipo reveleación en el inicio de la Premier League. El equipo de Graham Potter ha ganado cuatro partidos de los cinco disputados hasta el momento y se han situado en la zona noble de la clasificación con 12 puntos de 15 posibles. Dos más que, por ejemplo, el Manchester City.
En la quinta jornada se citó en su casa, el Falmer Stadium, con el Leicester City. Los de Brendan Rodgers, superiores sobre el papel aunque dubitativos en el arranque de la Premier League, suponían un duro rival para un Brighton que hasta el momento se había enfrentado a Burnley, Watford, Everton y Brentford, cayendo derrotado únicamente con los toffees.
Y se le pondría de cara el partido a los locales. Maupay transformaría, poco después de cumplirse la primera media hora de juego, un penalti cometido por Vestergaard tras golpear el balón con la mano en una polémica acción. Y es que Maupay tenía agarrado al central del Leicester impidiendo su salto, provocando que el remate de Duffy se estrellara en su brazo. Tanto el árbitro como el VAR entendieron que la mano se produjo y decretaron penalti.
Sería tras el descanso, sin embargo, cuando llegaría el jarro de agua fría para los foxes. Cuando el Leicester comenzaba a apretar, Danny Welbeck duplicaba la ventaja para el Brighton y ponía tierra de por medio, dilapidando las esperanzas visitantes de empatar el partido pronto.
A partir de ahí fue el conjunto de Rodgers el que intentaría con más ahínco, obligado por el resultado, acercarse a la meta rival. Lo consiguió con un acierto sobresaliente a la hora de partido. Una excepcional jugada al primer toque trenzada entre Ricardo Pereira, Lookman, Tielemans y Vardy acababa con el balón en las mallas del Brighton. Un gol soberbio para acercarse en el marcador con más de 30 minutos por delante.
Con 2-1 en el marcador, y catapultado por las necesidades del partido, el Leicester se volcó sobre la meta rival. En el 67' logró igualar gracias a un gol de Lookman a la salida de un córner, pero el árbitro acabaría invalidando el tanto por fuera de juego posicional de Harvey Barnes al considerar que molestaba al portero.
La acción llenó de polémica el partido. Los foxes, a pesar de todo, lo siguieron intentando. En el 86', y de nuevo en un córner, Ndidi remataba al fondo de la red para poner el 2-2. El árbitro, de nuevo a instancias del VAR, lo acabaría anulando por la misma razón: entendió que la posición de Harvey Barnes podía llamar a confusión a Robert Sánchez a la hora de detener el remate.
Al final, el Brighton logró hacerse con la victoria y el Leicester desesperó ante un criterio arbitral que decidió conceder un riguroso penalti y anular dos polémicos goles visitantes idénticos. El Brighton continúa postulándose, tras cinco jornadas, como la gran revelación de la temporada.