La Carabao Cup sigue dejándonos noches mágicas como la que hemos visto este miércoles en Anfield Road. Liverpool y Leicester nos regalaron un partido para el recuerdo que acabó decidiéndose en la tanda de penaltis.
El encuentro empezó eléctrico, con Jamie Vardy perforando la portería 'red' poco antes del minuto diez. Instantes después, Patson Daka rompió por banda izquierda y le puso un balón perfecto al propio Vardy para que hiciera el 0-2 y congelase Anfield.
Parecía que el Leicester se hacía poco a poco con el encuentro, pero el Liverpool no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente y Chamberlain subió el 1-2 al marcador.
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Los hombres de Jürgen Klopp se vinieron arriba tras el gol y empezaron a amenazar la portería de Kasper Schmeichel. Con lo que no contaban era con un error de Conor Bradley en la salida de balón que acabó en golazo de James Maddison. 1-3 y a volver a empezar.
Tras el paso por vestuarios, el escenario cambió radicalmente. El Liverpool sometió a un Leicester que, pese a las contras que pudo lanzar, empezó a sentirse inferior. Diogo Jota, que entró tras el descanso, recortó distancias en el ecuador de la segunda mitad.
El asedio fue total, aunque el Liverpool no logró igualar la contienda hasta los segundos finales. Tuvo que ser Minamino, en el 94', el que llevase el delirio a Anfield con el 3-3 que permitió al Liverpool decidir el choque en la tanda de penaltis. El estadio 'red' vibró como nunca con una Carabao Cup que cada vez es más especial.