La final del playoff de ascenso a Primera División se han convertido en uno de los partidos más emocionantes de la temporada del fútbol español. Una eliminatoria que pone el fin al 'calvario' de un equipo en la categoría de Plata, mientras que se alarga la del otro.
El Deportivo Alavés fue el agraciado de retornar a la máxima categoría del fútbol español a causa de golpear al Levante de la forma más dolorosa.
Rafa Escrig cerró su primera temporada de Dorsal Doce en el Ciutat de Valencia en dónde pudo observar la belleza y la tristeza del fútbol, pero sobre todo como el propio deporte puede cambiar esos sentimientos en cuestión de minutos.
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Rafa Escrig y su preciosa reflexión sobre la impredecibilidad del fútbol en el cierre de temporada de Dorsal 12
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El Deportivo Alavés y el Levante fueron, junto al Granada, los equipos que descendieron a Segunda División la temporada pasada. Un año después se les presentó a ambos la oportunidad de regresar a Primera División.
Un sueño aparentemente más cercano para el conjunto granota, ya que las tablas en Mendizorroza y, que en caso de finalizar con empate en una supuesta prórroga, haber quedado por encima en la clasificación en la temporada regular le aproximaban más al Levante al objetivo.
El guión parecía escrito un aficionado levantinista porque la igualdad primaba en el encuentro y en el marcador. Aunque el sufrimiento se alargaba, la situación era favorable a los locales, mientras que los babazorros debían apretar.
Un encuentro que se marchó a la prórroga y terminó con el deselnace más trágico a la par que bello. El colegido señaló un penalti en el último de la prórroga a favor del Deportivo Alavés. Asier Villalibre transformó la pena máxima y mandó al equipo de Luis García plaza a Primera División.
De un instante a otro, la tristeza se convirtió en alegría y viceversa. El Alavés regresó a la máxima categoría del fútbol español, mientras que el Levante tendrá que pasar un año más en el 'infierno' de Segunda División.
"Nos gusta tanto el fútbol porque nadie es capaz de escribirlo. Porque el libro antes de comenzar un partido siempre esta cerrado, con llave, sellado y el boli es el que escribe el destino de cada partido y solamente deja de dibujar hasta el último minuto y hasta ese último minuto todo es posible”, reflexionó Rafa Escrig al final del encuentro en Dorsal Doce.