El Mundial de MotoGP aterrizaba en Mugello para celebrar el GP de Italia en la prueba correspondiente a la octava cita del calendario, a la que Fabio Quartararo llegaba como líder de la clasificación después de un alto ritmo de puntos cosechados una vez que el campeonato llegó a Europa .
En la prueba italiana, Marc Márquez tenía grandes esperanzas depositadas. Precisamente el vigente campeón del mundo fue quien dio rueda al piloto de Cervera en la sesión de clasificación del Gran Premio anterior, celebrado en Francia y en el que el piloto de Honda finalizó en sexta posición.
Sin embargo, la Q2 de la clasificación del GP de Italia no comenzó tan bien para Marc Márquez. Nada más abrirse el pit lane, y en la vuelta de salida, Márquez sobrepasó a todos los pilotos, evitando coger rueda y tratando de alcanzar la primera posición para hacer una primera vuelta lanzada sin estar pendiente del resto de los pilotos.
Pero, en la curva 2, cuando acababa de salir y ni siquiera había llegado a la salida, el piloto de Cervera se fue al suelo. La moto quedó completamente destrozada y todos los pilotos adelantaron a Marc Márquez, que se quedó de pie junto a su moto lamentándose por lo sucedido en la curva a izquierdas.
La moto echaba humo y por ello Márquez, que hizo el amago de acercarse a la moto hasta que comprobó el nivel del destrozo provocado, se alejó de ella intentando llegar lo más rápido posible al pit lane para coger la segunda moto y comenzar cuanto antes.
Las caras en el box de Honda eran el reflejo del alma de todos los aficionados de Marc Márquez. Los rostros serios en el garaje eran el preludio de que algo peor podía pasar, como finalmente sucedió. La moto comenzó a arder en mitad de la pista y la bandera roja salió a relucir cuando apenas se llevaba un minuto y medio de sesión.
La preocupación era el sentimiento reinante en un garaje que estaba inquieto por el estado de forma del piloto nacido en Cervera después de un fuerte golpe en el que se dio sobre el lado derecho. La tranquilidad, en cambio, llegó al box una vez que vieron, en primera persona, cómo caminaba Marc Márquez y apenas se tocaba la parte del cuerpo accidentada.
El provocante primero de la caída fue, sin duda, el agua caída sobre el trazado, que motivó que la moto no tuviera ningún tipo de grip y que la máquina escupiera al piloto español violentamente contra el asfalto. La bandera roja, de hecho, estaba justificada para darle tiempo a los operarios a trabajar para restablecer, lo antes posible, la normalidad en la pista.