Jorge Lorenzo es una de las grandes leyendas del motociclismo español. El piloto mallorquín debutó en el Mundial en 2002 en la categoría de 125 cc, convirtiéndose así en el piloto más joven en participar en un Gran Premio. De hecho, no pudo subirse a la moto hasta el propio sábado, día en el que cumplía 15 años, edad a la que ya se permitía correr en el Mundial.
Desde entonces y hasta 2019, año en el que anunció su retirada, ganó cinco títulos: dos en 250cc y tres de MotoGP. De esta forma, ocupa el puesto número doce del ránking de piloto con más trofeos de la historia de este deporte y es el tercer español con más mundiales en su palmarés después de Ángel Nieto y Márc Márquez.
El mallorquín es uno de los protagonistas de 'Cuatro Tiempos', cuyo primer capítulo ya está disponible en DAZN. En él, Lorenzo se sienta junto a Dani Pedrosa, Jorge Martínez 'Aspar' y Àlex Crivillé para para compartir con Izaskun Ruiz sus vivencias en los circuitos y desvelarnos historias inéditas de sus años sobre la moto.
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Jorge Lorenzo y su obsesión por aprenderse los circuitos de MotoGP que le llevó a jugar a videojuegos... ¡¡Hasta las siete de la mañana!!
DAZN
Jorge Lorenzo siempre ha tenido muy claro que quería dedicarse al motociclismo. Con la ayuda de su padre, que lo acompañó en sus primeros pasos como piloto, el mallorquín se convirtió en uno de los rivales más temidos dentro de los circuitos.
Esta 'obsesión' con las motos comenzó cuando era muy pequeña y en su casa la llevaron casi al extremo, según desvela en DAZN. Su padre le compró el videojuego de MotoGP justo el año en el que iba a debutar en el Mundial para que se aprendiese bien los circuitos del campeonato. Sin embargo, estaba tan enganchado que tuvo que jugar a escondidas.
"La Play Station fue primera cosa que me compró mi padre junto al MotoGP 2002, me la compró sólo para que me aprendiese los circuitos", cuenta.
"Estaba en contra de que jugase a la Play, entonces yo me iba a casa de mi madre, estaban separados, sólo a jugar a la Play y me pasaba hasta las 7 de la mañana jugando porque a mi padre no le gustaba nada que jugase a los videojuegos".