La rivalidad de Jorge Lorenzo y Valentino Rossi es una de las más espectaculares de los últimos años de MotoGP. Tras la retirada de Valentino Rossi, y con el objetivo de recordar algunas de sus mayores hazañas, DAZN ha potenciado la serie de mini-reportajes 'Historias de Valetino'.
En el primer capítulo se trata, precisamente, esta rivalidad entre el piloto español y el italiano. Todo se remonta a 2006. Rossi probó el coche de Ferrari de Fórmula 1 y en Yamaha, según Davide Brivo director de equipo de Yamaha de 2002 a 2010, que cambiaría las dos por las cuatro ruedas.
"En 2006 Valentino estuvo probando el coche de Ferrari de Fórmula 1, y en Yamaha pensábamos que Valentino se iba a marchar a Fórmula 1 en uno o dos años. Así que comenzamos a pensar en alternativas ante la posible marcha de Valentino".
Fue entonces cuando pensaron en Jorge Lorenzo. En palabras del propio piloto mallorquín, fue una decisión que no agradó al campeón del mundo italiano.
"A Vale no le gustó, pero al final Yamaha dijo que tenían que pensar también en el futuro y no solo en el presente, así que me contrataron. No le gustó, es lo normal. El ser humano siente, de manera natural, el impulso de proteger su territorio y su estatus".
Rossi confirmó, también en el reportaje, que aquello le enfureció.
"Estaba bastante enfadado con Yamaha porque Yamaha pensaba que necesitaba tener un piloto recién llegado que constituyese un rival muy fuerte".
"Y dije 'pero..., ¿por qué?' Yo aposté por Yamaha en 2004 cuando la Yamaha estaba yendo muy lento y ganamos muchos campeonatos juntos. No me merezco que me pongan a Jorge Lorenzo como compañero de equipo. Necesito un poco menos".
Y es que, tal y como ha reconocido Brivo, la tensión se palpaba prácticamente cada fin de semana a un nivel mayor. El punto álgido llegó en 2009.
"En realidad, se trataba de dos equipos, había dos team managers: yo, dirigiendo el equipo de Valentino; y otro al cargo del de Jorge Lorenzo. Era como si hubiera dos equipos separados. La rivalidad se fue haciendo más grande".
Hasta tal punto de ni siquiera tratarse en persona. O así lo ha expresado Lorenzo, que ha confesado que se evitaban para no tener que dirigirse la palabra.
"Sólo nos hablábamos cuando no quedaba otra. Cuando estábamos en un evento, a un metro de distancia, nos saludábamos en plan 'hola, ¿qué tal?', pero hacíamos todo lo posible por evitarnos".
No obstante, se podría decir que el momento de mayor tensión se produjo en el GP de Barcelona. Era la casa de Jorge Lorenzo pero, a su vez, se trataba de uno de los circuitos favoritos de Valentino Rossi. Ambos llegaban muy igualados a puntos.
"Probablemente aquella carrera sea una de las mejores de la historia porque la competitividad entre nosotros como compañeros de equipo era la tormenta perfecta", ha comentado al respecto el piloto español.
"En 2009 estuvimos toda la temporada ahí. A veces íbamos igual de rápidos. Veía los datos y, aun con estilos distintos, al final de la vuelta la diferencia era nula. En todas las sesiones de Barcelona, si te fijas, nos íbamos alternando. FP1: 1º Jorge, 2º yo. FP2: 1º yo, 2º Jorge. FP3: 1º Jorge. Y pole de Jorge pero por 57 milésimas..., apenas nada", ha recordado Valentino.
Ambos, más que ser compañeros de equipo, eran dos rivales feroces conscientes de que el contrario le podría arrebatar el título de campeón del mundo de la categoría reina. Las 25 vueltas en Montmeló fueron espectaculares, con Lorenzo y Rossi alternándose la primera posición.
A la última curva llegó el piloto español en cabeza. Entonces, sucedió.
"Jorge cometió un error porque desde la moto me di cuenta de que se había relajado un poco, como si hubiera pensado 'ya es mío'. Pero yo tenía en mente que no sería imposible adelantarle en la última curva porque en 2007 adelanté allí a Stoner".
El piloto italiano se colocó en primera posición en la última curva y acabó haciéndose con una carrera que ha pasado a la historia por la tensión que rodeó el evento desde que arrancó el fin de semana.
"Me acabó ganando porque yo era un debutante, él era mejor frenador, tenía más experiencia y mayor lucidez para comprender lo que tenía que hacer en esas dos últimas curvas", ha recordado Lorenzo.
"Su equipo lo celebró mucho más que si hubiera ganado el Campeonato del Mundo, aunque fuera sólo una victoria".