Marc Márquez no pudo terminar el Mundial 2021 de MotoGP por unos problemas de visión que le impidieron disputar la última carrera en Valencia. Era el año de su regreso a los circuitos después de su lesión en el húmero en Jerez 2020 y, sin embargo, no tuvo ni mucho menos un final feliz para el catalán.
El ocho veces campeón del mundo sufrió un complicado año en el que las caídas se convirtieron en una tónica habitual de cada fin de semana. Por si fuera poco, a finales de curso apareció el segundo episodio de diplopía de toda su vida, que evitaron que pudiera terminar el Mundial y que se subiera a la moto en los test de Jerez.
A pesar de todo, Márquez volvió a superar las adversidades y, contra todo pronóstico, el de Cervera sí pudo estar en los test de Sepang en la pretemporada de cara al Mundial 2022. El español quiere volver a por todas y dejar atrás las malas sensaciones provocadas por la vista, el húmero y las caídas.
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En la primera jornada de test en Malasia, Marc se cayó en dos ocasiones. En este tramo de temporada es, no obstante, algo normal. Y más teniendo en cuenta que se trata de Honda, cuyos ingenieros están trabajando a destajo para 'domesticar' una moto que impone una dificultad suprema a todo aquel que se atreve a montarla.
Si durante la presentación de la nueva moto de Honda para el Mundial 2022 Márquez reconoció que "la posibilidad de no volver a pilotar estuvo sobre la mesa", en la rueda de prensa posterior a los test de Sepang el español recordó que los problemas de visión le iban a impedir, en un primer momento, viajar a Malasia.
"Estar en este test ha sido inesperado. Ha sido un regalo. El doctor lo llegó a descartar. Hasta fin de año veía doble. Después de fin de año he seguido mi progresión, y a mitad de enero empecé a ver bien, empecé con la moto. Pude venir aquí, han sido dos semanas intensas pero en dos semanas no puedes recuperar el trabajo que has perdido en dos meses, pero todo es un proceso y ahora tenemos un mes para la carrera de Catar".
Quizás por eso en Sepang se pudo ver a un Marc más optimista que en otras ocasiones. El catalán ya había declarado, después de la primera jornada de test en Malasia, que se había encontrado "cansado, pero bastante bien", y que había tenido "la vista perfecta".
Tras ese primer día, el piloto principal de Honda confesó que estaba "contento con el regreso". "Me he divertido encima de la moto, me he sentido bien, he cometido algún error estúpido... Todo normal, un regreso estándar", resumió entonces.