Marc Márquez ha vuelto a subirse a una moto de velocidad. Tan solo cuatro días después de ponerse a prueba practicando enduro, el ocho veces campeón del mundo dio un paso más en su recuperación de la diplopía sufrida a partir de una caída en noviembre de 2021.
La diplopía, que provoca visión doble, no es una lesión desconocida para Marc Márquez. El de Honda ya la sufrió en 2011, por lo que ha podido utilizar la experiencia de para tratarse de esta recaída.
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Por ese motivo, acudió al mismo doctor que le trató cuando estaba en Moto2, el Dr. Sánchez Dalmau. Conscientes de las complicaciones que implica una lesión ocular, que implica nervios y músculos, decidieron seguir un tratamiento conservador.
Es decir, Marc Márquez solo necesitaba tiempo. Una vez pasados los meses necesarios para recuperarse, el de Cervera pudo volver a subirse a una moto.
“Para poder confirmar que puedo estar en el test de Malasia, quiero seguir probando. Quiero probar en circuito, y quiero estar 100% seguro que al empezar la pretemporada estaré en forma para hacer una temporada normal”, expresó Márquez en una rueda de prensa de presentación de la estructura de Honda para 2022.
“Si me he subido a una moto es porque no necesito operarme y tengo una visión perfecta. Pero, por ahora, quiero seguir escuchando al doctor, que quiere ver cómo voy en circuito de velocidad, solo, en un test con muchas vueltas, a ver si tengo problemas cuando esté cansado. Quiero valorar todo esto con mi doctor antes de saber si podré estar en el test de Malasia”, añadió en el mismo acto el piloto de Honda.
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Tan solo dos días después de esa comparecencia, el ‘93’ cumplió con lo esperado y se subió a una moto de velocidad en el Circuito de Portimao (Portugal).
La elección del trazado y la moto para la sesión de entrenamientos de Marc Márquez no fueron casualidad: Portimao forma parte del calendario del Mundial de MotoGP y la moto es una RC213V-S, muy similar a los prototipos que se conducen en el campeonato del mundo.