Marc Márquez continúa recuperándose de la cuarta operación de hombro a la que se sometió hace unas semanas para superar una lesión que arrastra desde hace dos años. El piloto español será baja, de momento, por lo que resta de Mundial de MotoGP, aunque si continúa mejorando a este ritmo podría incluso reaparecer antes de que termine la temporada.
Además de estar centrado en su recuperación, el ocho veces campeón del mundo se encuentra ahora mismo disfrutando de las vacaciones en la medida en la que su brazo le permite. En los últimos días, le hemos visto disfrutar de días de piscina y pantano en Madrid, donde reside actualmente, e incluso comenzar a dar paseos con un ritmo un poco más intenso para no perder la forma.
Ahora se encuentra con ganas, pero el piloto del Repsol Honda Team asegura haber pasado un auténtico calvario hasta llegar aquí. El '93' relata al detalle cómo ha sido todo el proceso desde que decidió operarse.
"La idea de que quizás necesitaba volver a operarme está presente desde septiembre del año pasado. Íbamos controlando el brazo periódicamente, para ver la evolución de la fractura tras la tercera cirugía. Al llegar la pretemporada, me quise autoconvencer de que podía conseguirlo, pensando en la frase de 'el poder está en la mente' como lema. Pero a medida que empezó el Mundial, me di cuenta de que las limitaciones eran muy grandes", asegura en su blog del Box Repsol.
"Mi idea era competir toda la temporada –ya que el hueso no estaba consolidado al cien por cien de la tercera operación–, pero sabiendo de mis limitaciones y ocultando el malestar, para evitar las preguntas diarias. Solo sabía de la situación mi entorno más cercano", cuenta.
"Operarme en Estados Unidos me sorprendió muchísimo por cómo tenían planificado el pre y postoperatorio. Es muy distinto a España. El postoperatorio fue muy rápido, enseguida me dieron el alta, me autorizaron para volar y volver a casa. El preparatorio, en cambio, estaba muy planificado y se hizo todo con mucha antelación. Antes de la operación estaba muy animado, pero las horas después estuve peor, por la anestesia y porque había dolor. Lo pasé mal dos o tres días, pero como no era la primera vez que me operaban el brazo y ya sabía qué sensación habría, era consciente de que ese dolor era normal y que luego se iría calmando".
"Ahora ya estoy bastante bien, porque no hay dolor. Sigo con el brazo inmovilizado, haciendo ejercicios ligeros de movilidad pasiva. Anímicamente me siento motivado, porque las sensaciones son buenas, e ilusionado de comenzar la recuperación en cuanto los médicos me lo indiquen, para saber si el brazo funciona como debe funcionar", continúa.
Después de la operación, Marc se mantiene optimista de cara al futuro y centra su objetivo en volver a disfrutar sobre la moto. "Lo que me provocó esta operación fue esperanza. Porque de la manera en la que estaba pilotando y compitiendo, no me veía mucho tiempo más encima de la moto, quizá uno o dos años más. Tras la intervención en Rochester se abre la esperanza de que se pueda seguir compitiendo sin dolor y divirtiéndome encima de la moto".
"A veces me paro a pensar en cómo busco la motivación y en mi caso, la única conclusión a la que llego es la pasión y la ilusión. Sigue siendo la misma desde hace más de diez años. También me empuja pensar en el objetivo, que es pasarlo bien y competir a un buen nivel, sin sufrir ni tener dolor", afirma.
Durante su recuperación, Marc Márquez ha contado con el apoyo de su familia, amigos y grandes personalidades del mundo del motociclismo como Álex Crivillé, que pasó por algo similar, Alberto Puig e incluso Mick Doohan, que tuvo varias lesiones serias. "Son los que me han aconsejado más y les agradezco su apoyo", dice.
El de Cervera agradece a todos los aficionados el cariño que le están brindando y hace una promesa: "daré todo y más de lo que esté en mis manos para volver a competir y disfrutar de buenos momentos juntos".