Raúl Fernández vivió, en el GP del Algarve de Moto2, una carrera complicada. El piloto español, que pelea por el Mundial con su compañero de equipo, Remy Gardner, en su primer año en la categoría, sufrió más de lo esperado con la elección del neumático, blando, que provocó que acabara rodando más lento sobre el trazado luso.
Y es que, a pesar de escaparse en el liderato al principio de la carrera, Raúl Fernández vio cómo, poco a poco, Gardner le iba recortando la distancia hasta acabar rebasándolo y, en esa misma vuelta, sacarle un segundo de distancia. Algo extraño le estaba ocurriendo.
Sin embargo, con destreza y un derroche descomunal de talento, Raúl evitó que su rival se terminara de escapar en la cabeza de la carrera, aunque no pudo hacer nada por evitar su victoria, que coloca a Gardner como el máximo aspirante a proclamarse campeón del mundo de Moto2 en Valencia.
Y lo es porque el australiano tiene todo a su favor para coronar la categoría. Le basta con puntuar para ser campeón del mundo, haga lo que haga Raúl. Eso sí, si no lo hace y el español gana, el piloto madrileño se convertirá en el ganador del título.
Al término de la carrera, y con un rostro serio, Raúl Fernández explicó en DAZN sus sensaciones sobre la moto durante la carrera.
"Estoy muy frustrado. Es extraño, no quiero hablar mucho en caliente, pero es extraño. Analizando toda la situación, ayer, en la FP3, hice 42.4 y 42.5 con un neumático con 23 o 24 vueltas, más que la carrera. Hoy he salido, me he gestionado mucho, he intentado ir de menos a más, y a 12 vueltas para el final ya no había neumático. Es que no había. Sobre todo curvas de derechas, como el sector 4, iba vendido, no tenía más. He tenido que aguantar".
"Me da mucha rabia, porque por pequeños errores hemos perdido el Mundial. Por muy mal que lo haga, con hacer 14 lo tiene, durante el año no lo ha hecho y ahora no lo va a hacer. Dar las gracias al equipo, que miércoles y jueves estuvieron más de 12 horas trabajando en hacerme una moto nueva después de la caída de Misano y a toda la gente que me apoya y no deja de creer en mí, pero hay que ser un poco más realista".
"Hoy ha sido el toque para decir que esto se ha terminado porque, por mucho que gane, es mucha diferencia la que hay. Pero saldré a Valencia a darlo todo y a disfrutar. Ser rookie y subcampeón del mundo es genial. No voy a tirar la toalla, voy a seguir intentando ganar, pero está muy muy difícil".
Cuestionado por la elección de neumático (Gardner optó por el duro), el español dejó claro que el equipo trabajó durante todo el fin de semana con la idea de poner el blando, como finalmente sucedió.
"Si tú trabajas en una dirección, como hemos trabajado durante todo el fin de semana con ir con neumático blando, no es que hayamos salido a la carrera con los ojos tapados, es que sabíamos lo que había. Yo he salido a la carrera y sabía, o quería saber, lo que me encontraría. En la FP3 hice 24 vueltas con el neumático, teníamos pensado darle 26, pero me caí a falta de 2, y fui muy rápido, y con un neumático que se enfría y se calienta".
"Es difícil entender por qué. Pero el equipo da todo, como lo he dado yo. Elegir el neumático blando es por esto, porque creíamos que iba a ir mejor al principio y mejor al final, no más o menos al principio y muy mal al final. No quiero reprochar nada tampoco al equipo porque les agradezco muchísimo el esfuerzo que han hecho, y sin ellos no estaría aquí".
"Es sólo analizar bien la situación, no quiero hablar en caliente, pero es muy extraño que ayer hiciéramos 24 vueltas, esta mañana le hemos dado 24 vueltas en el warm up y en la última vuelta he hecho 43.1, cuando iba detrás de él al final de la carrera no podía hacer ni 43.4, iba vendido. Quiero analizar. Me quedo con la velocidad que tengo cuando todo está bien. Calma, a disfrutar, aunque sabe a muy poco, pero vamos a disfrutar".