El Mundial de Moto2 aterrizó en Europa con la celebración del GP de Portugal en Portimao, al que Celestino Vietti llegaba como líder de la clasificación general con Ai Ogura y Tony Arbolino pisándole los talones y tratando de darle caza en la cima de la clasificación.
La carrera de la categoría intermedia, la última del día en el Mundial de motociclismo después de que se celebraran las carreras tanto de Moto3 como de MotoGP, se disputaba en seco tras secarse la pista en un día lluvioso en Portugal.
Todos los pilotos tenían moto de seco debido al estado de la pista, en la que apenas había agua. Sin embargo, de repente, comenzó a llover en Portimao y, en la curva 2, se produjo un accidente múltiple en el que todos los pilotos de cabeza acabaron marchándose al suelo.
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De esta forma, Arón Canet, Beaubier y Ai Ogura, que rodaban en las primeras posiciones, no pudieron controlar la moto al encontrarse el asfalto mojado y derrapar las motos. Algunos, como Canet, trataron de evitar irse al suelo y, aunque de pie al lado de la moto, intentó frenar la máquina, aunque sin éxito.
Pero no sólo se fueron al suelo los tres primeros. La lista es mucho más amplia: los propios Canet, Ogura y Beaubier, además de Augusto Fernández, Pedro Acosta, Albert Arenas, Arbolino, Corsi, Chantra y Jake Dixon. Todos ellos se cayeron en una curva fatídica que motivó una bandera roja y, por tanto, la pausa temporal en la carrera.
Los equipos se echaban las manos a la cabeza en boxes. Los pilotos que se encontraban en la pista y se habían caído trataban de esquivar a aquellos que también se iban al suelo y cuyas motos deslizaban sobre una grava que no lograba detenerlas debido a la alta velocidad a la que los pilotos encaraban la segunda curva.
En cualquier caso, todos se pudieron recuperar sin demasiados problemas y se afanaron en llegar al pit lane para coger una nueva moto y tratar de salir. Sin embargo, el reglamento no se lo permitió a ninguno de ellos para incomprensión de algunos de los jefes de equipo de los implicados.
La organización detalló a todo aquel que lo solicitó que los pilotos tenían que regresar al pit lane en menos de cinco minutos desde la señalización de la bandera roja y, además, la vuelta debían hacerla sin tomar ningún tipo de atajos.
Ninguno de ellos cumplió los requisitos y, por tanto, no pudieron participar en la reanudación de la carrera, que tendría una duración de 7 vueltas para, junto a las 8 que se habían completado hasta el momento del accidente múltiple, alcanzar las 15 correspondientes a los dos tercios de sesión, tal y como marca el reglamento.