Aleix Espargaró ha vivido una gran semana. El piloto de 34 años se impuso en casa y fue profeta en su tierra ganando el Gran Premio de Catalunya de MotoGP el pasado 2 de septiembre.
El catalán ha participado en el canal de twitch de DAZN y no ha ocultado su felicidad: "Tengo que decir que Aleix siempre sonríe aunque ahora es un poco más fácil".
"Se me cayó la baba con mis hijos dándome el trofeo"
DAZN
Ahora se prepara para el Gran Premio de San Marino en Misano pero antes ha recordado cómo se fraguó que en su última victoria que sus hijos Max y Mia le entregaran el trofeo.
"Antes de la carrera al sprint, vino Alex Rins y me preguntó por qué no subí a Max y a Mia al podio en Silverstone. Le dije que me corté pero que me hacía mucha ilusión y que si gano mañana les subo", adelantaba.
El piloto cumplió su palabra e hizo todo lo posible para que sus hijos le acompañaran en el podio.
"Gané el sprint y también el domingo y le dije a los de protocolo que me hacía ilusión subirles al podio. Me miraron con cara de es tu día pero no los veía convencidos. Pregunté que quién me daba la copa, me dijeron que era el president de la Generalitat y fui a preguntarle si no le sabía mal que le robase protagonismo", explicaba.
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"No le importó, estaba encantado y fue un momento bonito. Se me cayó la baba con mis hijos dándome el trofeo con el presidente de Cataluña. Fue mágico", añadió.
Ahora afronta el Gran Premio de San Marino y no se duerme en los laureles y quiere ir a por todas en Misano.
"Este gen viene de serie con los deportistas de élite. Nunca nada es suficiente. El fin de semana de Barcelona fue un sueño y el lunes a las 5 de la tarde estaba viendo el entreno libre 1 de Misano. Me decía que disfrutara y fuera a cenar con mi familia pero somos así. Es una sensación bonita e indescriptible que el cuerpo te pide más y volver a vivirlo otra vez en Misano"