El segundo Gran Premio de MotoGP en el Red Bull Ring se ha parecido muy poco al primero. De la escapada de Jorge Martín la semana pasada hemos pasado a una carrera más agrupada con lluvia al final en el que unos optaron por cambiar de moto y otros por jugársela con neumáticos de seco. Brad Binder acabó ganando sin cambiar la moto.
Desde la primera vuelta los comisarios ondearon las banderas de lluvia, habilitando así la opción de poder entrar en el pit lane a cambiar de moto cuando los pilotos considerasen. Una lluvia muy ligera e intermitente que permitía competir con los ‘slicks’.
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Tras los primeros compases, donde vimos muchos adelantamientos y peleas por todas las posciones, el grupo delantero quedó dividido en dos: el trío de cabeza de carrera, con Bagnaia, Márquez y Quartararo, y a un segundo de distancia los perseguidores Jorge Martín, Zarco, Miller, Mir y Binder. El ritmo de carrera fue más lento que en el GP de Estiria facilitando que más pilotos tuvieran opciones de podio.
El panorama cambió completamente cuando la lluvia comenzó a caer con intensidad a seis vueltas del final.
La apuesta más arriesgada
Encontrar el mejor momento para entrar a cambiar de moto cuando llueve es para algunos un arte y para otros casi una lotería. Brad Binder optó por la tercera vía, no entrar.
El sudafricano estaba en el grupo de los seis primeros cuando todos sus rivales decidieron meterse en el pit lane: Márquez, Bagnaia, Quartararo, Martín y Mir. Binder fue el único que permaneció en pista y decidió aguantar con las gomas de seco las tres últimas vueltas, un auténtico desafío con altas probabilidades de fracaso hasta para los mejores del mundo, pero gracias seguramente a una mezcla de suerte, concentración y habilidad le salió muy bien.
Marcó un 1:34 en la vuelta en la que cambiaron moto sus rivales, después un digno 1:39 y luego un final 1:50 evitando caídas. En esa última vuelta fue 15 segundos más lento que Bagnaia, pero aún así entró con un generoso margen de 9 segundos, de sobra para adjudicarse la segunda victoria de su vida en MotoGP y la primera del equipo oficial de KTM en casa.
Binder no estaba en ninguna quiniela, pero el flag to flag hace posible cualquier resultado. A punto estuvimos de ver un podio formado por Binder, Aleix Espargaró e Iker Lecuona. De locos.
La tensión del Flag to Flag
Los primeros en cambiar su moto fueron Alex Rins y Jack Miller, ambos se precipitaron y el asfalto estaba todavía demasiado seco cuando salieron, quedando sus neumáticos muy gastados y sin opciones de apretar para mejorar sus posiciones.
Estuvieron más acertados (o no, viendo la victoria de Binder) Márquez, Quartararo, Martín, Mir y Bagnaia. Ninguno tuvo demasiados problemas para cambiar la moto (quitando Martín, que casi se come la suya) y salieron a pista de nuevo liderados por Marc Márquez.
El de Cervera es el que más éxitos ha cosechado en este tipo de circunstancias y viendo su extraordinaria carrera en seco parecía que podía llevarse la victoria, pero cometió un error, se le cerró la dirección y cayó en el penúltimo giro.
Quartararo se fue muy largo en la misma curva de la caída de Marc quedándose retrasado mientras Bagnaia, Martín y Mir se inflaban a adelantar al resto de pilotos, que, al igual que Binder, seguían con los neumáticos de seco rodando muy despacio para evitar irse al suelo. Unas de las imágenes más llamativas del año.
Fabio Quartararo, más líder del Mundial
La lluvia, gran debilidad de Quartararo, no ha hecho posible que el líder del mundial se defendiera con tanto éxito como la semana pasada en un circuito desfavorable para las prestaciones de su Yamaha. Otra gran carrera en seco y con el podio en la mochila se fue al traste con el agua y con el posterior error en la penúltima vuelta. Esto le apartó del cajón, quedando séptimo, mientras Bagnaia terminaba segundo y Joan Mir cuarto.
La buena noticia para El Diablo es que Zarco, su perseguidor más cercano hasta entonces, se ha diluído en estas dos últimas carreras, dando paso al italiano y al español como principales candidatos a quitarle el liderato, pero ambos están más lejos de lo que estaba Zarco, a 47 puntos concretamente. Un margen de casi dos carreras que, a falta de siete para concluir la temporada, se vuelve valiosísimo.
Bagnaia ha hecho seguramente su mejor carrera en MotoGP, optando a la victoria tanto en seco como en mojado. Un gran rendimiento después de seis carreras donde le hemos visto más irregular y, con todo, todavía la victoria se le resiste, un detalle esencial para ser campeón en MotoGP.
En cuanto a Joan Mir, el Red Bull Ring es un mal circuito para Suzuki, pero bueno para el mallorquín, donde acumula un historial de grandes actuaciones. De hecho fue en Austria donde empezó a fraguarse el título del año pasado. Mir se marcha de este doblete con un segundo y un cuarto puesto. Le ha recortado ocho puntos a Quartararo en estos días, pero necesita dar mordiscos más grandes a la general en las próximas carreras para optar al título.
Sorprenden Jorge Martín y Marc Márquez
Jorge Martín volvió a vivir otro fin de semana de ensueño. De pole y victoria la semana pasada a pole y podio en este Gran Premio de Austria. El madrileño volvió a demostrar que nada está siendo una casualidad y plantó cara tanto en la salida como en la batalla por el podio. No pudo desplegar el gran ritmo de su primera victoria, pero se mantuvo en el grupo de cabeza, realizó con éxito el primer flag to flag de su vida y luego se lo pasó pipa adelantando pilotos. Jorge sigue disfrutando, o como ha dicho ya más de una vez, flipando.
Marc Márquez no se esperaba un gran resultado, era otro fin de semana de perfil bajo, probar nuevas piezas de Honda y cuidar el físico, que sigue siendo un hándicap para competir. Parecía que el quinto puesto logrado en la clasificación no era una señal de otra gran gesta de Marc.
Pero estuvo a punto de serlo. Al contrario que la semana pasada, Márquez sí pudo replicar el mismo ritmo que mostró en los entrenamientos, y desde la salida estuvo en el top 3 peleando con Bagnaia, Martín y Quartararo dejando muy buenas sensaciones en seco, algo que no habíamos visto desde su victoria en Sachsenring.
Cuando empezó a llover tomó el mando del grupo. Por algo es el maestro del flag to flag y todos quedaron a disposición de su decisión. “Si Marc entra a cambiar, yo también”, debieron de pensar todos, “menos un loco” (en palabras de Marc) llamado Binder.
En la penúltima vuelta se le cerró la dirección, algo similar a lo que le ocurrió en Le Mans, un error que el propio Marc no tiene en cuenta. Su guerra es otra: volver a sentir que tiene las condiciones para ganar carreras, y en Austria las tuvo.