Carlos Sainz dejó su huella grabada en la historia de la Fórmula 1 al derrocar la hegemonía de Max Verstappen en el GP de Singapur 2023, con una carrera inmaculada que le valió su segunda victoria en el Gran Circo, 441 días después de la primera, que llegó en el GP de Gran Bretaña 2022.
El ’55’ de Ferrari, que venía cargado de confianza tras conseguir el podio en Monza, lo dio todo desde que arrancó el fin de semana, logrando su segunda pole consecutiva este año.
Sin embargo, en carrera sabía que iba a tener que firmar una salida sobresaliente para defenderse de sus rivales, principalmente de los Mercedes.
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Carlos Sainz y su genial estrategia para conseguir la victoria en el GP de Singapur 2023: Código F1 desvela cómo se gestó
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En el angosto circuito de Marina Bay adelantar, al igual que en Mónaco es un complicado reto que pocos pilotos se atreven a asumir, y tanto Sainz como Ferrari entendieron la estrategia a la primera.
Esta vez, la escudería italiana sí que apostó claramente por Carlos relegando a Charles Leclerc a la posición de escudero, en la segunda plaza. Sin embargo, tras una apretada salida del pit Lane para el monegasco forzada por el safety car, el español se quedó sólo ante el peligro.
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Aquí empezaría la máster class de Carlos para defender con una destreza milimétrica su posición. Lando Norris se coló entre Carlos y el Mercedes de George Rusell, aunque el madrileño entendió que la amenaza no era el británico de McLaren y tomó la arriesgada decisión de cederle el DRS para que pudiera hacer de ‘stopper’ con los Mercedes, que venían a un ritmo imparable con neumáticos medios.
Carlos debía dejar la distancia justa para que Norris pudiera usar el DRS, ni más, ni menos, porque eso hubiera brindado a su amigo la posibilidad de adelantarlo, una obra sólo apta para maestros que mantuvo en vilo a un país entero.
Víctor Abad, director de Código F1, mostró un gráfico donde se reflejaba la exactitud con la que Sainz manejó la frenada en la vuelta 60, donde se vio obligado a reducir su velocidad en la última curva antes de entrar a zona de DRS, 6 milésimas.
“Lo que me parece impresionante es la precisión milimétrica con la que Carlos Sainz ejecuta la estrategia. Sobre el papel era perfecta, pero era muy fácil que fallara, exigía una conducción perfecta”, declaró el experto.