Carlos Sainz sufrió un fuerte accidente durante la Q2 de la clasificación del GP de Hungría de Fórmula 1 que obligó al madrileño a retirarse mucho antes de lo previsto.
De hecho, el impacto privó al piloto de Ferrari , que podía pelear por el cuarto o mejor tiempo de la parrilla, de consolidar su buena marcha tras firmar un cuarto puesto durante la Q1. Y es que Sainz abandonó la clasificación y saldrá en 14º lugar en la carrera del domingo.
La rapidez de la última curva traicionó al de Ferrari, que no pudo hacer nada por controlar el trompo que hizo el monoplaza y acabó estrellado contra las protecciones de Hungaroring.
Carlos Sainz y un accidente provocado por el viento
Sorprendentemente, tras la clasificación, Carlos Sainz detalló en los micrófonos de DAZN cuál había sido una de las causas del accidente: el viento.
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"Es raro, porque entro a la curva más despacio que en la Q1 y, aun entrando más despacio, parece que me pilla una ráfaga de 35 kilómetros por hora de viento de cola que me expulsa de la trazada".
"No es excusa, no son cosas que deberían pasar. Tengo la suerte de que no me pasa muy a menudo, así que no voy a ser demasiado duro conmigo mismo, pero por supuesto pido disculpas al equipo porque se pierde una oportunidad después de una Q1 que había ido muy bien".
Carlos Sainz sufrió un golpe de 22G en el GP de Hungría de Fórmula 1
Además, Carlos Sainz también reveló que había sufrido un impacto de 22G. O lo que es lo mismo: durante un breve instante, el madrileño, que pesa 72kg, llegó a experimentar una fuerza de 1.584kg.
Debido a la dureza del impacto, los sensores en el monoplaza del piloto de Ferrari se activaron, trasladándose el coche con el equipo médico hasta su posición, aunque inmediatamente Carlos aseguró que estaba bien. Antes de abandonar el monoplaza, incluso, trató de llevarlo al pit lane y buscar la forma de continuar en la clasificación, pero fue imposible.
"Ha sido un golpe de 22G, así que era probable que el coche de todos modos estuviese dañado. Tenía tracción pero tenía el alerón debajo".
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"Nunca hay que rendirse. He intentando no rendirme pero, quizás, lo mejor era parar".