Ayrton Senna y Alain Prost protagonizaron una rivalidad en Fórmula 1 que todavía hoy se recuerda. Han pasado casi 25 años desde aquel GP Portugal en el que estalló un conflicto que agitó la Fórmula 1 durante varias temporadas.
En el programa 'Fuera de Pista', que puedes ver en DAZN, hemos tenido la suerte de rememorar con Jo Ramírez, jefe del equipo McLaren entre 1984 y 2001, aquellos años en los que Senna y Prost sostuvieron sobre sus respectivas figuras todos los focos, tanto dentro como fuera de las pistas.
En un reportaje imprescindible, Ramírez, que reside en Mijas (Málaga), explica una de las anecdótas más desconocidas de un Ayrton Senna que, en el momento en el que se desarrolla la historia, aún pugnaba por hacerse un hueco en la Fórmula 1.
Gran Premio de Macao, 1983. El circuito da Guía vive un fin de semana especial, puesto que va a ser el escenario de la primera carrera de Fórmula 3 de la historia de un trazado mítico y sumamente espectacular.
Jo Ramírez, al igual que Ayrton Senna, van a coincidir ese fin de semana en el equipo Theodore Racing. Emerson Fittipaldi ya había advertido, poco tiempo antes, de las virtudes innatas de un joven y talentoso piloto brasileño, de apellido Senna.
El día antes de la carrera, el resto de la parrilla llevó a Ayrton de fiesta. Senna, que ya se había proclamado campeón de la F3 británica, quería poner la guinda con una gran carrera como la de Macao. Pero la fiesta podría tener consecuencias. Aun así, el piloto no lo duda y se une al grupo.
Al día siguiente, día de la carrera, Senna no se encuentra nada bien. "El día de la carrera se sentía muy mal, vino por la mañana al warm up y dijo ‘tengo que ir al hotel, tengo que dormir algo, me siento muy mal’", explicó en DAZN Jo Ramírez.
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"Se fue al hotel, me dio la llave de la habitación y me dijo ‘cuando tenga que regresar pase, no toques la puerta, entra, me mueves, esté seguro de que me despierto. Estás conmigo hasta que me vista y venimos juntos al circuito’. Le dije que sí, lo hice".
"Fui, le desperté, lo llamé, casi le echo un jarro de agua fría, se despertó y ya se sentía mejor". La historia no tendría demasiado de especial si no fuera por que Ayrton Senna ganó aquella carrera con apenas tres horas de sueño.
"Era un tipo muy especial. Los que han ganado en Macao han llegado a hacer cosas grandes, porque es una prueba, de verdad, grande", aseguró Ramírez.