Charles Leclerc llegaba a Canadá con un extra de motivación tras conseguir la victoria en el GP de Mónaco, que le aupó hasta la segunda posición del campeonato del mundo de Fórmula 1.
Pero Canadá se convirtió en un verdadero infierno. Los problemas de comunicación con los ingenieros, las estrategias 'extrañas' y los fallos en el monoplaza terminaron por obligar al monegasco a abandonar.
En DAZN te contamos qué fue lo que pasó con Leclerc en el GP de Canadá 2024.
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Charles Leclerc y su tormento con la lluvia y los neumáticos que terminó en abandono en el GP de Canadá
DAZN
El GP de Canadá 2024 se convirtió en una de las pruebas más duras del campeonato de Fórmula 1. La lluvia se convirtió en protagonista durante el fin de semana de carrera, dejando imágenes como la 'salvada' de Fernando Alonso contra el muro o el accidente de Checo Pérez.
Otro de los pilotos que tuvo que abandonar el Gran Premio fue Charles Leclerc, que llegó a Montreal tras conseguir la victoria en Mónaco, pero su paso por el Circuito Gilles Villeneuve se convirtió en un tormento, nunca mejor dicho.
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La jornada de carrera para los Ferrari fue muy sufrida. Ni Carlos Sainz ni Leclerc pudieron terminar la carrera, y en el caso del monegasco, fue protagonista de una de las estrategias más extrañas del campeonato.
Desde el principio se podía imaginar que no iba a ser un Gran Premio sencillo, cuando varias luces del volante se encendían sin ningún motivo en la sesión de Libres, provocándole pérdidas de concentración en tramos complicados.
Pero no fue lo más 'grave'. Y es que en una parada en boxes, los ingenieros de Ferrari optaron por colocar neumáticos de seco en su monoplaza, justo en el momento en el que iba a comenzar a llover.
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"Si paramos, ¿ponemos duros o medios? El duro nos aguantaría hasta el final", le preguntaban por radio a Leclerc. "Sí, duro, probablemente", respondió el monegasco.
Leclerc mantuvo su convicción en la estrategia hasta el final: "Ahora está lloviendo más, pero da igual, dejémoslo así. Tenemos que tomar riesgos, porque perdemos 1.2 segundos por vuelta y no vamos a ningún lado".
Ferrari terminó haciéndole caso, y la lluvia fue a más, lo que dificultaba las maniobras de Leclerc, que a duras penas podía mantener el coche en el trazado, y que terminó doblado.
"¡Por Dios! Está lloviendo un montón. ¡Estoy perdiendo unos 10 segundos por vuelta", gritaba Leclerc por radio. Al final tuvieron que forzar un cambio de estrategia y parar de nuevo para colocar neumáticos intermedios, pero el daño ya estaba hecho.
Por si fuera poco, su Ferrari también estaba sufriendo problemas en el motor, lo que provocaba que rodara más lento de lo normal, y terminó teniendo que abandonar la carrera.