El mundo del deporte da muchas vueltas. En el caso de la Fórmula 1, quizás, los acontecimientos se suceden aún con mayor velocidad. Así, pilotos que un día pueden ser rivales acérrimos, al día siguiente podrían llegar a ser compañeros de equipo y, por qué no, amigos.
Por este motivo, en muchas ocasiones lo que sucede dentro de la pista debe quedar dentro de la pista. Es lo que debe pensar Fernando Alonso que, tras el GP de Hungría de 2022, anunció que en 2023 cambiaría el azul de Alpine por el verde de Aston Martin.
La escudería británica tenía un asiento libre desde que, en la previa del fin de semana de competición en Hungaroring, Sebastian Vettel anunciara su retirada a finales de año. Por este motivo, el piloto ovetense no lo dudó y acabó estampando su firma con la escudería dirigida por Lawrence Stroll.
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Y es que, a pesar de que en un principio podría suponer un paso atrás por el nivel actual de ambos equipos, la millonaria inversión realizada por el magnate canadiense hace pensar que, más pronto que tarde, Aston Martin podría situarse en la vanguardia del 'Gran Circo'.
En Aston Martin coincidirá, como compañero de equipo, con Lance Stroll. Evidentemente el canadiense, hijo del dueño, es el piloto referencia de la escudería, pero la experiencia de Alonso será crucial para el correcto desarrollo del monoplaza.
Los fichajes, a golpe de talonario, de Lawrence, han motivado que prestigiosos mecánicos y técnicos de Red Bull y Mercedes, escuderías ganadoras, hayan recalado en 'los de Silverstone', por lo que el objetivo es pelear, en los próximos años, por ganar carreras, algo desconocido hasta el momento para Aston Martin.
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Se da el caso, además, de que Lance Stroll ya protagonizó un incidente con Fernando Alonso. Ocurrió en el GP de Estados Unidos de 2018. En aquel entonces, el asturiano era piloto de McLaren. El canadiense, de Williams.
En la primera vuelta de la prueba celebrada en Austin, y en concreto en la cuarta curva, Stroll se pasó de frenada y, por el interior, embistió a un Alonso que vio cómo, incluso, le arrancaban la chapa del lateral del pontón, provocando su prematuro abandono.
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Aquella acción le costó a Stroll un 'drive through' y a Fernando Alonso un enfado de proporciones bíblicas que se vio reflejado en los mensajes de radio. "No sé los daños que tengo en el coche, pero no se puede correr con estos pilotos, salen y enseguida chocan, es imposible correr así", aseguró.
Al término de la carrera, el ovetense profundizó en la acción y se mostró, si cabe, más voraz en las críticas a Stroll. “No se puede correr con estos pilotos. Como quien se ve obligado a soportar a niños pequeños alrededor. El nivel parece más bajo que nunca. En Spa, jugaron a los bolos en la primera curva, aquí de nuevo en la curva cuarta. Es una falta de control de las distancias, de la velocidad, que es bastante extraño de ver...”, subrayó.