El español Adrián Huertas, de 18 años, se ha proclamado este sábado campeón del mundo de la categoría de Supersport 300 en el round disputado en el circuito de Portimao, en Portugal. El piloto de Kawasaki finalizó la carrera en segunda posición, pero ya durante la carrera sabía que se haría con el título tras la caída de Jeffrey Buis, su único rival.
Hiciera lo que hiciera, Huertas sería campeón al finalizar la carrera, puesto que para evitarlo Buis tenía que recortarle puntos, algo que no iba a suceder tras la caída del piloto neerlandés.
Y el español lo celebró a lo grande. Tras finalizar la carrera, Huertas se detuvo en el trazado, donde fue felicitado tanto por su equipo como por los compañeros y rivales de la parrilla, que detenían sus motos al pasar por la posición del flamante nuevo campeón del mundo para darle la enhorabuena.
Sin embargo, lo más emotivo ocurriría justo después. Adrián Huertas se quitaba su casco, con el dorsal 99, y se ponía el de Dean Berta Viñales, el joven piloto de 15 años fallecido a finales de septiembre en el circuito de Jerez-Ángel Nieto tras un fatal accidente que finalizó con su vida en plena carrera de Supersport 300.
Un detalle que fue inmortalizado al instante por todos los fotógrafos presentes en el circuito, que presenciaron en directo cómo, además de ponerse el casco del piloto catalán, Adrián Huertas se hizo con una bandera blanca y negra con el rostro de Dean Berta y el dorsal 25 que representaba en las carreras al piloto catalán.
Un emotivo gesto de un joven piloto que se acordó, en un momento histórico en su vida, de un compañero que perdió la vida pocas semanas antes de que él se proclamara campeón del mundo de la categoría.