Max Verstappen fue el gran triunfador del GP de Azerbaiyán y Red Bull dio un golpe al Mundial de Fórmula 1 ante el que Ferrari, que sufrió una auténtica debacle en Bakú con un doble abandono de Charles Leclerc y Carlos Sainz, está obligado a responder en las próximas carreras si no quiere caerse de la lucha por el título.
En esta nueva victoria del neerlandés, fue muy importante ya no sólo los problemas de Ferrari y el talento de Verstappen, sino también la actuación de su ingeniero de pista, Gianpiero Lambiase, especialmente a un piloto como el vigente campeón del mundo, muy impulsivo en ciertas ocasiones. Esta firgura le aconseja siempre en cada momento cuál es el mejor camino a seguir para evitar que cometa errores del pasado.
Durante la carrera en Bakú, Lambiase advirtió a su piloto de su ritmo por vuelta y de cómo esto podía afectar a la gestión de neumáticos. "Max, en la última vuelta has marcado 47.5", señaló el ingeniero por radio. "¿Qué más da 47.1 o 47.2?. Lo importante es estar en 47", contestó Verstappen.
"Sabes perfectamente lo que es perder una carrera aquí. Mantén la concentración y el objetivo es 48.0", apuntó con mucho criterio Lambiase en referencia a lo que sucedió el año anterior. Entonces, el neerlandés lideraba la carrera a falta de dos vueltas para el final y un pinchazo en el neumático trasero izquierdo de su monoplaza provocó una bandera roja que lo obligó a abandonar, periendo unos puntos muy importantes.
"Ha sido fantástico Gianpiero Lambiase, el ingeniero de pista de Verstappen. Sus mensajes son muy claros, son aleccionadores, tienen el tono adecuado, sabe mantener a Verstappen con los pies en el suelo, le recuerdan en ciertos momentos lo que pasó el año pasado", opina Pedro de la Rosa en DAZN. "Verstappen tenía otras ideas, pero ha habido mensajes que han estado muy bien", continúa.
"La relación entre ingeniero de pista y piloto es muy importante y probablemente ahora la mejor relación es esa entre Lambiase y Verstappen. Llevan años, desde que Verstappen entra en Red Bull empieza a trabajar con GP y ahí se ha quedado. Eso es síntoma de que el piloto está tremendamente contento con ese ingeniero, no quiere que lo cambien y el ingeniero probablemente hay días que se cansa, quiere estar más en casa, Toni, tú lo sabes bien, y estoy seguro de que Max está diciendo 'tú no te vas, mientras yo esté aquí, tú te quedas".
"Es una condena", añade Noemí de Miguel.
Toni Cuquerella conoce a la perfección el oficio, pues fue ingeniero de pista en Fórmula 1 durante muchos años de pilotos entre los que se encuentran Robert Kubica, con el que no tuvo muy buena sintonía, y el propio Pedro de la Rosa, con quien coincidió en HRT.
"Hay de todo y con Max Verstappen algún ingeniero amigo en AlphaTauri lo ha pasado mal por esa relación con el piloto que a veces es venenosa. Pero él ahora con Lambiase está muy bien", explica el ingeniero y colaborador de DAZN F1.
"Lo que tiene claro siempre un ingeniero es que él trabaja para el equipo, no para el piloto. El piloto viene y se va, pero el equipo se queda y es el mismo, esto es algo que hay que recordar, porque muchas veces se equivocan y se casan con el piloto y el piloto lo lógico es que en cinco años no esté aquí. Hay que demostrarle al piloto que tú estás con el piloto, que tú quieres ganar tanto como él, pero también sabe que eres miembro del equipo y que harás lo que se tenga que hacer por el equipo".
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En este debate, Antonio Lobato también aporta su granito de arena, pero en un tono más irónico. "Siempre que tienes un piloto grande como Verstappen, la vida del ingeniero es dura y si no que te lo digan a ti, Toni...", en referencia a las andanzas de Cuquerella con Kubica en BMW.
"Yo he tenido días duros, he llegado a perder dos kilos en un fin de semana de carreras", admite Toni.
De la Rosa, que también estuvo a las órdenes de Cuquerella en su momento, se desprende de cualquier responsabilidad y señala "los perdió con Robert Kubica, no comigo", a lo que Cuquerella responde en tono de broma: "Con él cogía peso".