Pecco Bagnaia vs Marc Márquez, una batalla inédita hasta la fecha y que ha gustado a todos los aficionados al motociclismo no solo por el espectáculo, sino por el significado que tiene de cara al futuro. Por un lado la consagración de Bagnaia como piloto ganador (además de actual candidato a campeón) y por el otro, el retorno de Marc Márquez al lugar donde le corresponde, la lucha por la victoria.
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Ambos, junto con Joan Mir, eran los que más competitivos se habían mostrado durante todo el fin de semana en cuanto a ritmos. Bagnaia consiguió la pole el sábado y la defendió bien en las primeras vueltas mientras que Márquez hizo una gran salida que le colocó a rueda del piloto italiano.
La Ducati y la Honda marcaron un ritmo imposible de seguir para los demás, como dos relojes marcaron cronos de 1:48 en todas las vueltas salvo en las tres últimas, cuando Márquez lanzó sus ataques sobre el pupilo de Valentino Rossi.
Marc lo intentó en casi todas las curvas, en la 1, la 5, en la 12, en la 15, en el tirabuzón…sin éxito, porque aunque superaba inicialmente a Bagnaia en cada uno de los intentos, la aceleración de la Ducati y las buenas manos de Bagnaia defendiéndose en las frenadas fueron insuperables.
Aún mermado físicamente y sin tener en su sitio a su moto, vimos como la Honda no era tan eficiente como debería serlo frente a la Ducati en las curvas enlazadas, Márquez sacó el animal competitivo que lleva dentro y que con lesión, sin lesión, con moto o sin moto, siempre va a tener en su corazón de campeón. No sabemos si volverá el Marc que ganaba campeonatos arrasando a toda la parrilla, pero el que nunca se rinde y que planta batalla con lo que sea, siempre estará.
En cuanto a Bagnaia, no todos los pilotos consiguen su primera victoria en MotoGP ganando y aguantando toda la carrera a un 8 veces campeón del mundo. Aunque sigue en la quiniela por el campeonato la victoria se le ha resistido demasiado por diversos motivos y quizás llegue tarde para arrebatarle el título a Fabio Quartararo.
Quartararo se atraganta
El mundial está en un punto en el que el título depende más de los errores del líder que de los aciertos de sus perseguidores y en este Gran Premio, Quartararo ha patinado.
Un patinazo previsible, el francés no se siente cómodo en el trazado de Motorland y además la Yamaha tampoco es la moto más adecuada para sus características. A pesar de todo ‘El Diablo’ había hecho un buen trabajo el fin de semana, iba bien de ritmo de carrera y clasificó tercero, pero todo se torció en carrera.
La salida fue mala, quedó descartado desde el inicio de la pelea por la victoria y casi seguido por la del podio ya que fue superado sin demasiados problemas por Aleix Espargaró, Miller y Mir. En el devenir de la carrera se le fue complicando la vida con distintos pilotos y finalmente terminó octavo superado por Bastianini y Brad Binder.
De todas formas este no es el peor resultado de la temporada, (13º en Jerez) y a pesar de que Bagnaia y Mir le recortan puntos, es un golpe que puede permitirse encajar en una temporada extraordinaria como la que está haciendo y la ventaja a falta de 5 carreras sigue siendo muy grande, 53 puntos que no va a regalar así como así.
Mir sigue a flote
Flaqueando Quartararo en esta carrera era obligatorio un buen resultado de sus perseguidores. Bagnaia mejor no lo pudo hacer y Mir a pesar de subirse al podio en tercera posición, se quedó con ganas de más.
Estamos acostumbrados a no ver al vigente campeón del mundo en la primera o segunda fila de la parrilla, sabemos que las carencias a una vuelta del sábado las compensa con grandes actuaciones el domingo, esta de Motorland ha sido una muy buena actuación, pero insuficiente si el objetivo era la victoria. Salir séptimo le perjudicó, a pesar de que con gomas gastadas tenía el mismo ritmo que Márquez y Bagnaia, el quedarse enfrascado en adelantar a Jack Miller y Aleix Espargaró le retrasó mucho y cuando se deshizo de ellos ya era imposible dar caza a la Honda y a la Ducati, bestias en aceleración, el punto débil de Suzuki.