Último minuto de la clasificación de la Q3 en el GP de Arabia Saudí de Fórmula 1. Max Verstappen volaba por el trazado urbano del circuito con la velocidad media más alta de todo el calendario. Lewis Hamilton había batido su registro hacía unos instantes y se había hecho con la pole.
Sin embargo, el neerlandés venía dispuesto a arrebatarle la primera posición en la parrilla de salida. Había mejorado dos décimas el tiempo de su rival por el título en el segundo sector y, entonces, sucedió.
A pesar de tener un margen sobrado, el de Red Bull apuró en todas las curvas. Fruto de ello, Verstappen se salió de la trazada y, a pesar de bloquear el neumático delantero, se salió de la trazada y viajó por la parte sucia de la pista, provocando que se fuera contra el muro, quedando el coche inmovilizado y dando al traste con la que iba a ser la mejor vuelta de toda la temporada en la Fórmula 1.
Fernando Alonso, después de caer en la Q2, estaba siendo entrevistado por el canal neerlandés ZG Sport, cuyo periodista le pidió, entre risas, que analizara lo sucedido con su Alpine mientras tenía "un ojo puesto en Verstappen".
Con un gesto ojiplático, Alonso alucinó viendo como el líder del campeonato del mundo marchaba en Arabia Saudí a un ritmo frenético convencido de batir el tiempo de Hamilton y hacerse con la pole, algo indispensable teniendo en cuenta la dificultad que, previsiblemente, entrañará el circuito para adelantar en carrera.
"En la curva 2 puede que perdiera dos décimas", explicó el español analizando la vuelta del de Red Bull, al tiempo que se asombró cuando vio que había batido el récord del sector. "¡Sigue en púrpura!", exclamó.
Cuando Verstappen se fue contra el muro, Alonso se quedó con los brazos en jarra y se resignó, consciente de que estaba presenciando, en directo, una vuelta que podía ser histórica: "Vale..., vuelta a la realidad".