La tensión entre Lewis Hamilton y Max Verstappen, así como entre sus equipos, Mercedes y Red Bull, en la recta final del Mundial de Fórmula 1, provoca que cualquier incidente sea duramente criticado por la parte que, a su juicio, se vea perjudicada a la hora de aspirar a la mayor cantidad de puntos posibles.
Lo apretado de la clasificación de pilotos provoca, por tanto, que la FIA tenga que hilar muy fino con cada una de sus decisiones para tratar de levantar la menor polémica que se pueda, y no parece que lo estén consiguiendo con sus últimas resoluciones.
El piloto neerlandés fue penalizado, poco antes del GP de Catar, por no reducir suficientemente la velocidad en la Q3 en un sector donde había una doble bandera amarilla por un accidente de Pierre Gasly, que sufrió daños en su coche y una pinchadura de neumático.
El argumento de Red Bull para defender a su piloto fue que la FIA provocó una confusión en la alerta electrónica, algo que, efectivamente ocurrió.
Sin embargo, dirección de carrera explicó que, a pesar de la confusión provocada con las alertas, las banderas utilizadas en pista tienen el mismo valor que estas y que Verstappen tenía la obligación de ver la banderas y reducir la velocidad.
La respuesta, sin embargo, no contentó, en absoluto, a Red Bull. En declaraciones a DAZN, Helmut Marko, asesor de la escudería austríaca, cargó duramente contra la decisión y contra la FIA.
"Es ridículo. La FIA no puede organizar un sistema de comisarios como es debido y luego penalizan con su incompetencia al piloto".